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Fórmula 1

Sebastian Vettel vuelve al origen de su última gran remontada

El piloto alemán de Red Bull salió de Monza el pasado año a 39 puntos de Fernando Alonso tras un abandono y terminó siendo campeón del mundo con tres de ventaja.

Actualizado a
Vettel tiene un nuevo reto en el GP de Italia.

No es normal visitar a la fuerza la casa de uno de tus enemigos, a menos que seas piloto de Fórmula 1. Esta semana lo tendrá que hacer Sebastian Vettel, que ejercerá el papel de invitado incómodo en la residencia oficial de los tifossi, que no es un lugar cualquiera: Monza, el Templo de la Velocidad, donde Ferrari viste la equipación de local.

Aunque Vettel se conoce todas las habitaciones y pasillos: "Monza es el circuito más rápido del año, la pista en sí misma está formada por rectas y 'chicanes', por eso alcanzamos las velocidades máximas más altas, más de 330 kilómetros por hora". Y eso que su coche el año pasado fue el último en cuanto a velocidad punta, algo habitual con la séptima marcha que utiliza Red Bull, más corta para aprovechar la aerodinámica de su monoplaza azul. En 2012, el germano vivió una carrera para olvidar concluida con un abandono a falta de seis vueltas por problemas con el alternador. 39 puntos le separaban entonces de Alonso en la general, ese momento en el que nadie hubiera apostado por su tercer título.

Lo cierto es que Vettel no tiene unos números increíbles en los seis grandes premios que ha disputado sobre el asfalto italiano, partiendo de la base de que es todo un tricampeón del mundo. 'Sólo' dos victorias, las dos únicas veces que ha pisado el podio allí, más un cuarto, un octavo, el décimoctavo de su primer año y el abandono ya mencionado. Su último triunfo data del año en que ejerció de tirano de la parrilla, 2011.

Pero la otra es un recuerdo que compensaría cualquier desgracia en esta pista para él, la primera vez en el cajón más alto de todos. "No podría describir mis sentimientos al terminar en primera posición por primera vez en mi vida, y Monza es uno de los mejores lugares para sentir todo eso con los miles y miles de fans volcados con la F-1, que te observan desde abajo. Te pone la piel de gallina". Fue con Toro Rosso, la única victoria para la escudería italiana. Y, eso sí, con motor Ferrari, casi en casa...