LA INTRAHISTORIA
Tres grandes premios en Estados Unidos ya son multitud
El GP de Indy está cuestionado por el estado del asfalto y la entrada en el Mundial de Austin podría provocar que celebre su último gran premio
Ya lo dijo Carmelo Ezpeleta, consejero delegado de Dorna, en estas mismas páginas en Laguna Seca: “¿El futuro de Indianápolis? Hay que verlo. Hemos hablado con ellos y volveremos a hacerlo cuando vayamos. Hace falta reasfaltar, hay que arreglarlo”. Palabras concluyentes.
Hay mucho de lo que hablar para que el Mundial se mantenga en el Indianápolis Motorsport Speedway, el templo de la velocidad norteamericana. Cuando MotoGP llegó en 2008, la competición recibió una calurosa acogida: nunca se había obtenido semejante respuesta en Norteamérica. Pero la novedad no ha cuajado en profundidad por más que desde los promotores de IMS se han empleado a fondo llevando el ambiente de las carreras al corazón de la ciudad.
No tiene que ver sólo con el interés del público, ni con la idoneidad de la pista, puesta en cuestión por los pilotos en 2012 tras los catastróficos entrenamientos donde hubo cinco lesionados: Stoner, Barberá, Faubel, Miller y Webb. Quizás la entrada en escena de un tercer circuito en territorio norteamericano, Austin, sea el argumento de más peso para cuestionar que Indy siga en 2014 añadido al hecho de lo desequilibrado que resulta tener tres citas para la repercusión que se obtiene allí, donde sigue siendo muy difícil abrir mercado y lograr la atención de televisión nacional.
Sin embargo, en Indianápolis sí necesitan a MotoGP, o eso es lo que manifiesta la prensa local, que asegura que sería un duro golpe para la economía de la ciudad perder el Mundial. Genera mucha riqueza y en la actual situación de la economía nadie se puede permitir perder un evento que mueve a decenas de miles de personas. La pregunta es: ¿Se puede permitir MotoGP tener tres citas en EE UU? Ya lo dice el dicho: dos son compañía; tres, multitud.