Alonso está preparado para luchar por ganar en Montreal

En ese juego de las suertes y el destino, que a veces participa en el deporte, la lluvia podría convertirse en el elemento que deje a Alonso sin aferrarse a su estadística de las carreras impares. O no. Porque también con el asfalto mojado el español puede ganar o estar en el podio, pero ahí podría haber imprevistos, la famosa lotería del agua en las carreras. Y es que, si el asfalto estuviera seco en la carrera, el español es el máximo favorito, al menos por lo visto en los segundos libres del GP de Canadá. Y no sólo porque fuera el más rápido a una vuelta con los neumáticos superblandos sino porque su ritmo de carrera, ése que desapareció como por arte de magia en Mónaco, ha vuelto a ser el mejor en las calles de la isla de Notre Dame, junto al canal de los Juegos Olímpicos del 76.

Casi tan lejos nos parece ya la última victoria de Fernando en el circuito que homenajea a Gilles Villeneuve, idolatrado por tantos. Fue en 2006 con el Renault azul de los momentos inolvidables, pole y victoria. Algo que podría repetir con el Ferrari más rojo que ha pilotado. En la sesión de calificación no lo tendrá fácil para batir al Mercedes de Hamilton, aunque lo logró en los libres por 12 milésimas, y también Vettel andará por ahí. Pero en carrera, al menos por lo visto en las tandas largas con los neumáticos medios, el español fue notablemente superior a sus grandes rivales. De media sacaba seis décimas al británico y tres al alemán. Incluso Raikkonen, desaparecido en la undécima plaza, se veía superado por Fernando en el vuelta a vuelta. Ahora falta que la suerte se alíe con el mejor.