Oriol Serviá aspira al éxito

La Indy 500 es historia del automovilismo y la 97ª edición que se celebra hoy en el mítico trazado del estado de Indiana supone un gran reto para los 33 participantes de trece nacionalidades, incluyendo cuatro mujeres, pero en especial para dos de ellos: Dario Franchitti y Helio Castroneves. Escocés y brasileño tienen tres victorias cada uno y si alcanzan otra entrarán en el exclusivo club que desde hace 22 años sólo cuenta con tres miembros: Al Unser, A. J. Foyt y Rick Mears.

La misión no será fácil ya que 30 de sus rivales (el neozelandés Dixon ganó en 2008) están ante su sueño, entre ellos, Oriol Serviá. El piloto de Pals, de 38 años, sale 13º pero sabiendo que la experiencia y el cuarto puesto de 2012 le coloca entre los posibles vencedores en la legendaria megaconstrucción de 2.262.273 metros cuadrados, que acogió su primera edición en 1911 con victoria de Harroun al volante de un Marmon Wasp con espejo retrovisor, una novedad inédita en la época.

Desde entonces cientos de hazañas, historias de superación, accidentes, épicas victorias y derrotas inesperadas como la de De Palma, en 1912, tras liderar 196 vueltas y parársele su Mercedes. El italiano lo empujó ocho kilómetros, junto a su mecánico Jeffkins, para ser último bajo una atronadora ovación.

El local Ed Carpenter tendrá el honor de salir en la pole compartiendo línea con el rookie colombiano Carlos Muñoz y Marco Andretti, nieto de Mario, ganador en 1969. Plazas honoríficas, ya que por delante hay una batalla de 200 vueltas al óvalo de 4.022 metros con sus famosas cuatro curvas de 9º y 12' de inclinación y ante la mirada de más de 400.000 espectadores.