Loeb gana en Argentina la guerra de los 'sebastianes'

El campeón ha impuesto sus galones en la guerra de los sebastianes. Loeb pudo con Ogier y coloca el marcador del año en dos a uno. Le ha ganado en Montecarlo y Argentina, y ha salido derrotado en Suecia. Regreso triunfal del francés tras dos meses y dos rallys ausente del Mundial, que calla así muchas bocas que pensaban que se iba para evitar a su tocayo y compatriota, pero sobre todo máximo enemigo.

Loeb se apuntó su octavo triunfo consecutivo en el Rally de Argentina, el noveno de Citroën, que también ganó con Carlos Sainz en 2004. A pesar del dominio inicial de Ogier, el campeón nunca tiró la toalla y siguió atacando como si le fuera la vida en ello. Y la vida no le iba, pero sí el prestigio. Su incesante ataque llevó a su rival a cometer un error en la segunda etapa que ya no podría corregir, a pesar de que en Volkswagen le permitieron luchar por recuperar el triunfo, contraviniendo sus intereses en el campeonato.

Pero Ogier lo tuvo claro cuando se deshizo de Mikko Hirvonen, que también le había adelantado en el incidente, y decidió nadar y guardar la ropa para aumentar su liderato. Además de la segunda plaza sumó dos puntos extra del Power Stage, lo que le coloca 65 por delante de Hirvonen en el Mundial. Una diferencia que, a pesar de que él aseguró que aún no es suficiente, sí que le deja con el título en el bolsillo como dijo Loeb antes de comenzar la prueba.

Ogier regresa de Villa Carlos Paz con el bolsillo lleno, pero con el orgullo herido. Su archienemigo le ha ganado el segundo duelo del año. El último, si no hay cambios de agenda en Citroën, será en Francia. Los dos sebastianes jugarán su última partida frente a sus paisanos del 3 al 6 de octubre. Será en Alsacia, la tierra que vio nacer al piloto más grande de la historia de los rallys. Si gana Loeb, dejará el marcador tres a uno. Si lo hace Ogier, empatará. Para no perdérselo.

Dani Sordo tenía el octavo puesto en el bolsillo, pero se le rompió el cambio en el tramo final y perdió una posición. Digno colofón en un rally para olvidar pronto y comenzar a pensar en Grecia, próxima cita en un terreno favorable. Esperemos que los dioses del Olimpo den un giro a su fortuna.