Motociclismo
El método de Nico Terol vuelve a dar resultado una vez más
Un día de preparación en la vida de Nico incluye tres horas matinales de 'dirt track', cien km. de bici por la tarde y revisión por la noche de carreras en el próximo circuito.
Acostumbrado a tantos pilotos que han desfilado por su box, Aspar nunca se cansa de valorar la sobresaliente capacidad de trabajo de Nico Terol. Puede que el alicantino no haya sido nunca el más talentoso de la parrilla, que también tiene, pero su mayor virtud reside en su espíritu de sacrificio, tenacidad y constancia hasta alcanzar el objetivo deseado. Así fue como se proclamó campeón del mundo de 125cc en 2011 y así fue como el pasado domingo, en el nuevo circuito de Austin, logró su primera victoria en Moto2.
Tras un 2012 con más sufrimiento que alegrías, Nico se machacó el pasado invierno con la intensidad de siempre, pero con la idea de llegar más preparado que nunca. Los test de pretemporada con la Suter los completó con duras jornadas de entrenamiento de seis y siete horas en su Alcoy natal (Alicante), unas palizas que entre carreras también lleva a cabo.
El piloto de 24 años alterna dos días de entrenamientos en tierra (dirt track) y uno de asfalto (supermotard) por semana. El primero lo hace en el 'Xavi Racing Training' de Alcoy o en la masía de sus padres, en sesiones que van de dos a tres horas y en las que comparte derrapadas con otros mundialistas como Moncayo, Smith, Odendaal, Granado y Forés.
"Hacer tierra me ayuda a mejorar las sensaciones del derrapaje sobre el asfalto", asegura un Terol que, tras comer y descansar un rato, vuelve a la acción con trabajo de gimnasio o salidas en bici, de montaña o carretera, con rutas de hasta cien kilómetros. Y por la noche más: repaso a la telemetría del siguiente circuito y visionado de carreras antiguas en esa pista. Así de lunes a sábado, y el domingo, para descansar, enduro con los amigos. En definitiva, una vida por y para su trabajo.