Un Mundial apasionante arranca mañana en Montecarlo

Este de 2013 es el año de la esperanza para el Mundial de rallys. El teórico número de la mala suerte coincide con la temporada a priori más emocionante de la última década. La retirada de Sebastien Loeb y la llegada de Volkswagen abren, ante el Rally de Montecarlo que arranca mañana, un amplio abanico de favoritos entre los que se encuentra el español Dani Sordo, que regresa a Citroën.

No se recuerda un inicio de temporada tan abierto desde hace mucho. Cuando Loeb inició su dictadura en los rallys, prácticamente se perdió una emoción que ahora se recupera con su retirada. Aunque estará en cuatro pruebas de este año, entre ellas las dos primeras de Montecarlo y Suecia, no luchará por el título, con lo que se presenta un plantel de hasta cinco pilotos con posibilidades de sucederle en el trono.

Por parte de Citroën está el que a priori parte como máximo favorito, Mikko Hirvonen, que, tras secundar a Loeb los últimos años, es el que encabeza todos los pronósticos. Sordo no quiere presionarse y por ello prefiere postularse para lograr victorias, descartando en parte sus opciones al título aunque con este panorama, si es consistente, podría dar la sorpresa.

La otra gran incógnita es el desembarco de Volkswagen. Tras un año y medio de intenso trabajo, por fin el cronómetro dictará sentencia sobre su competitividad. Mientras que el equipo oficialmente quiere quitarse presión y apuesta por pelear por los podios esta temporada, por las victorias el próximo y por el título en 2015, fuentes internas aseguran que ya desde el primer rally esperan dar guerra a los Citroën. Sus pilotos, Sebastien Ogier y Jari Matti Latvala, son probablemente los más rápidos del lote pero también los más irregulares.

Y quedan los Ford. Aunque sin el apoyo oficial de la marca, la inversión de Catar ha permitido que los Fiesta sigan corriendo con un ambicioso equipo en el que Mads Ostberg será la punta de lanza, Thierry Neuville y Evgeny Novikov sus escuderos, con Nasser Al-Attiyah como telonero. Mucha juventud, pero también velocidad.