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Fórmula 1 | GP de Gran Bretaña

Alonso en la orilla del gran premio perfecto

El español terminó segundo tras un gran Webber, pero sigue líder del campeonato. Los Pirelli más blandos destrozaron las opciones de victoria del asturiano, superado por el australiano a sólo cinco vueltas del final

<b>ARREÓN FINAL. </b>Webber supo sacar todo el partido a su último juego de neumáticos y no tuvo muchos problemas para superar a Alonso.
afp

Miró al frente, serio, rodeado de dos de los más grandes. Esperaba una respuesta larga de su amigo español y el gesto serio de su compañero de equipo alemán. Rueda de prensa posterior a la segunda victoria de Mark Webber en el presente campeonato, el australiano ocupa también esa posición en el Mundial 2012. ¿Sorpresa?, pregunté a Fernando Alonso y Sebastian Vettel. Sorpresa, quizá. Porque el australiano el pasado año parecía un piloto retirado ante la avalancha de Vettel, era como un móvil de los antiguos de ésos que sólo sirven para llamar por teléfono mientras el pequeño alemán hacía fotos, enviaba correos electrónicos y hacía vídeos en alta definición. Pero Webber ha vuelto. No tiene tantas virguerías, pero al menos te permite comunicarte cuando se necesita. Ya tiene batería. Después de ganar en Mónaco, repite triunfo en el circuito de Silverstone y deja al chico del número uno con cara de buscar respuestas en el infinito. ¿Y Alonso? Contento, mucho, incluso feliz, porque este campeón mira a largo plazo.

A veces lo que pudo ser y no fue es tan increíble que un nueve parece un suficiente en el examen. Fernando pudo lograr el gran premio perfecto, arrancaba la carrera desde la pole y estuvo casi en todo momento liderando la carrera, hubiera sido la tercera victoria del año, la segunda consecutiva tras su recital de Valencia, hubiera dejado a los rivales temerosos, preguntándose qué pueden hacer ante el talentazo del jefe, pero...

Antes del inicio, Fernando parecía extrañado, hacía 31 grandes premios que no partía desde la pole, pero algo de experiencia tiene. En la salida, como era de esperar, el de Ferrari defendió la primera posición de la parrilla sin problemas, pese a los decididos ataques de Webber, y comenzó a marcar un buen ritmo con los neumáticos duros. Los demás venían con blandos, pero no podían con la matraca repetitiva del ovetense. Por detrás, Schumacher intentaba aguantar a Massa, Vettel, Hamilton y fabricó un tren de millones de euros a su espalda. Así siguió la cosa hasta el primer cambio de neumáticos. En ese momento todos iban con duros, pero se repitió la historia. Alonso rodando una vuelta tras otra en tiempos inalcanzables, bailando entre las curvas de uno de los circuitos más auténticos de todo el Mundial. Antes de parar al último cambio de compuestos la diferencia con Webber era de más de cinco segundos. Mark paró antes que el asturiano, Fernando siguió unas vueltas más, quizá podría haber continuado otras pocas, pero...

Pirelli quería su momento de gloria, uno más en este campeonato en el que los neumáticos son tan protagonistas como los propios pilotos. Con los blandos, el Red Bull de Webber volaba mientras Alonso intentaba defender Calais, pero no mandamos nuestros barcos a luchar contra los elementos. Los blandos del Ferrari número cinco comenzaron a desgarrarse sin remedio y, a falta de cinco vueltas, Webber adelantaba sin problemas a Alonso con el DRS activado, intentó defenderse el español, pero al primer toque pensó en su tercer título, a largo plazo, como los inteligentes, como los grandes campeones.