Alonso vuelve a la pole en la lluvia de Silverstone

Movió el volante hacia la derecha, el coche se deslizaba hacia el otro lado, después lo llevó bruscamente a la izquierda y ahí, en ese momento, en la hierba inglesa a milímetros de estrellarse contra el muro de neumáticos cambió esa historia. El deporte es cuestión de instantes, de décimas de segundo, de ir aquí o allá. Hace una semana, millones de españoles celebraron la Eurocopa y nadie recordaba qué habría pasado si el penalti de Cesc en la semifinal ante Portugal después de tocar el palo hubiera ido un poco más allá en vez de hacer la carambola... Por ejemplo. Matices, instantes, la verdad de los mejores llega cuando el talento se alía con la suerte. Y Alonso se ha reconciliado con la fortuna, porque calidad siempre tuvo. Siempre. Y además parece que el Ferrari también vuelve a ser digno de su nombre de leyenda. Ayer logró la primera pole del año en Silverstone en un auténtico thriller, una película de guión imprevisible que al final protagonizó el mejor. Pero antes tuvo que negociar con su coche, en una interminable discusión, si se chocaba contra las vallas o seguía un poco más recto para poder entrar en boxes y volver a intentarlo. Fue en la Q2, poco antes de que pidiera la bandera roja que suspendió la sesión hasta que la lluvia torrencial pasó a ser chaparrón de verano.

El asturiano había empezado el día con el mejor tiempo en los libres, los únicos ensayos que se disputaron con la pista seca. En Ferrari ya contaban con luchar por la pole si el asfalto no se mojaba, Pero eso era una utopía. La lluvia se veía venir entre las nubes grises.

Y llovió. Claro. Llegó la hora de la calificación, en la primera tanda se quedaron fuera los de siempre y hubo un momento en el que pareció que los HRT no se clasificarían, mal circuito este para el equipo español. Alonso, sin problemas a la Q2. Y aquí comenzó la locura. Antes de que empezara a jarrear con estrépito Ferrari puso a Alonso los neumáticos intermedios. Evidentemente cuando intentó cambiar a los de lluvia extrema no le dio tiempo a marcar un registro aceptable. Era decimosexto cuando intentó mejorar y estuvo a punto de estrellarse. En ese instante, Fernando pidió bandera roja. La pista estaba impracticable. Le secundó Hamilton, entre otros. Y la FIA paró la sesión.

Una hora y media después salió para lograr el noveno mejor tiempo, entró en la Q3 por 88 milésimas, mejoró su tiempo incluso con bandera amarilla en el último sector. Una vez salvada la vida llegó el momento de disfrutar. Tercera tanda y los Ferrari luchando uno contra otro por la pole. Finalmente fue para Fernando, por delante de Webber y Schumacher. Mark, con Vettel lejos, era la amenaza. Pole para el asturiano, 48 milésimas. Instantes. Suerte. Talento.