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Fórmula 1 | La intrahistoria

La bandera se sube al coche: de Senna a Alonso

Estaban prohibidas en los festejos

<b>FELIZ. </b>Alonso luce la bandera española en su Ferrari.
antena 3

El Mundial viaja entre circuitos, pero también entre banderas. Como la de Venezuela, que sorprendió a los organizadores del GP de España en Montmeló fuera de juego (en la enseña con la que Maldonado subió al podio lucieron siete estrellas y no las ocho actuales, lo que obligó a la disculpa oficial de la FIA), o como la de España que ondeó Fernando Alonso el domingo en Valencia tras ganar el GP de Europa. Fue una acción espontánea, fruto de la emoción, atípica, pero algo más que eso: fue una acción prohibida en las celebraciones de la Fórmula 1. Fue Bernie Ecclestone quien decidió poner punto y final a esa tradición. Muchos recordamos la bandera brasileña en manos de Ayrton Senna, el azul, verde, amarillo y blanco confundiéndose con el monoplaza con el que el mito festejaba una nueva victoria. No fue el único.

También lo hicieron Alain Prost o Nigel Mansell. Era lógico. Ellos representaban a sus países, subían al podio y se emocionaban mientras el himno nacional sonaba, así que, ¿por qué no agitar la bandera mientras miles de aficionados se rendían al carrerón? La seguridad (que la bandera golpee a alguien o acabe entre las ruedas del monoplaza) y el protocolo (los campeones se recrean con la banderita en la vuelta de honor y eso alarga la ceremonia del podio) fueron las razones esgrimidas por Ecclestone para apagar la luz.

Pero algunos quieren volver a encenderla. Como Alonso en el Puerto de Valencia. "Siempre fue bonito ver a Senna con la bandera brasileña o a Mansell con la británica mientras celebraban sus victorias. Era un buen mensaje para el deporte y los aficionados, es espectacular y muestra la pasión. Ahora lo único que puedes hacer es quitarte el casco, subir con prisa al podio, bajarte con prisa, 'bum, bum, bum', y a casa", lamentaba Mark Webber el año pasado. Pues este domingo, antes del bum, bum, bum, Alonso se hizo con una bandera y la ondeó al viento. Que no iba a ser el único español sin vestir de rojo y gualda este junio de calor y goles.