Ferrari y Mónaco un divorcio de diez años

Habla Michael Schumacher, rey entre príncipes en Mónaco: "Durante muchos años hemos luchado con éxito para garantizar una mayor seguridad en la pista y así poder correr en Montecarlo. En mi opinión el riesgo es justificable una vez al año, sobre todo porque es un circuito muy divertido para pilotar". Para él lo fue especialmente en cinco ocasiones, las cinco en que acabó en lo más alto del podio. Y también ahí su nombre sigue cerrando los libros de historia de Ferrari, que encadena diez años sin ganar en el trazado monegasco. Ya es hora. Y por si alguno no lo sabía, ahí está la carta de Montezemolo para recordarlo.

El mensaje del jefe ("El Mundial está en nuestras manos"), el elogio a Alonso y el tirón de orejas a Massa, hacen envalentonarse a todos en Ferrari. Sus éxitos en Mónaco se los llevó el mar. El último data del 27 de mayo de 2001, cuando Schumacher y Rubens Barrichello regalaron el doblete a la Scuderia. La década siguiente ha deparado muchos tiros al palo, como el de Alonso el año pasado, cuando Vettel se vio favorecido por el safety car tras el accidente de Petrov, lo que le permitió cambiar los neumáticos (ya agonizantes) y frustrar así la remontada del español.

Quizá esa remontada pueda cristalizar este fin de semana, para cuando Pat Fry, director técnico del equipo rojo, anuncia "nuevas mejoras técnicas que permitirán estar a la par de otras escuderías". Mientras, el cielo anuncia lluvia. Y también rayos y truenos. Por si fueran pocos los que se vivirán abajo, en la pista.