Fórmula 1 | GP de Brasil
Interlagos ante el desafío de los atracos
Pocos pilotos llevarán escolta pese al asalto que sufrió Button en 2010. La seguridad ha mejorado y la Policía se toma el gran premio como una prueba ante los próximos acontecimientos deportivos en el país.
Sintió el roce del metal sobre su piel, leve, apenas imperceptible, estuvo a punto de gritar, pero la voz se quedó atrapada en su garganta, miró a la izquierda y una mancha de color oscuro se extendió sobre sus pantalones. Ahora el periodista alemán lo cuenta entre risas, con el alivio del superviviente, pero aquella vez en 2005 cuando le pusieron una pistola en la sien llegó a temer por su vida.
Fue en uno de los semáforos que rodean los accesos al circuito de Interlagos y no es el único que ha sufrido los temibles atracos brasileños. Cada año hay una muestra de una realidad que existe, pero que tiene pinta de remitir. Al menos así lo aseguran los datos: Brasil es el país de Sudamérica en el que más ha disminuido la delincuencia en los dos últimos años. El país se prepara para el Mundial de fútbol en 2014 y los Juegos Olímpicos dos años después, así que la Policía está haciendo su trabajo cada vez mejor.
Lo que sucede es que el punto de partida es muy malo. Brasil es, después de Venezuela, el país más peligroso del mundo en cuanto a robos y delincuencia, especialmente en Río de Janeiro. Sao Paulo se presenta como una metrópoli que ha avanzado mucho en este aspecto, con más de veinte millones de habitantes, y no es más insegura que otras, pero los malos aquí se preparan a conciencia para los grandes acontecimientos.
Y en ese sentido el GP de Brasil de F-1 de esta temporada se plantea para las fuerzas de seguridad como un desafío. No quieren que se repitan situaciones como la que vivió el pasado año Jenson Button. El británico fue asaltado por un grupo armado y, paradójicamente, se salvó gracias a la pericia al volante de su chófer. Y no teme que le vuelva a suceder lo mismo: "No tengo miedo de volver a Brasil. Antes les había ocurrido a mecánicos e ingenieros y al final le tenía que pasar a un piloto. Tenemos más seguridad este año y creo que cada piloto tendrá una escolta policial, que es lo que deben hacer. Sin embargo hay otros que no tienen seguridad". Alonso, por ejemplo, no lleva escolta alguna. Ni Vettel. El alemán apoya a Brasil: "Me gusta venir aquí, no hay más delincuencia que en otros sitios del mundo".
Los responsables del circuito creen que la zona es mucho más segura que antes y así lo parece. Ayer, antes de entrar en el circuito, estuvimos en alguna de las favelas que rodean el trazado, ésas que en 2010 se ocupaban de tapar con carteles estratégicamente situados en algunas de las curvas.
Y es que los ladrones saben donde mirar. En 2006 le colocaron una pistola en el cristal de su coche a Roberto Carlos. Los atracadores al reconocer al futbolista sólo le pidieron por favor el reloj y dejaron ir a su escolta, incluso les dio tiempo de hacerse una foto con sus gafas de sol enormes junto al ídolo.
A Ecclestone todo esto no le preocupa: "No vamos a dejar de venir porque haya unos pocos chicos malos". Algo de razón tiene, la ciudad con más carteristas del planeta es Barcelona, seguida por París y Madrid en tercer lugar. Sao Paulo no está en la lista. Dicen que las cosas mejoran. Veremos qué pasa este año...