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Fórmula 1 | La intrahistoria

Alguersuari, su DNI, Google y el Taj Mahal

Si la princesa persa Mumtaz Mahal no hubiera perdido la vida dando a luz a su decimocuarta hija, probablemente Jaime Alguersuari no hubiera vivido una de las mayores aventuras de su vida. Era la esposa preferida del emperador Shah Janan y en su honor se construyó uno de los monumentos más imponentes del planeta, el Taj Mahal.Jaime no quería perder la ocasión de visitar el complejo de edificios con la increíble cúpula de mármol blanco de Makrana. Pero no lo tuvo fácil. Cogió un chófer y junto a su inseparable fisio Rainiero Gianotti se pusieron en marcha desde Nueva Delhi hasta Agra. Tardaron cinco horas por carreteras extrañas, donde igual se encontraban una caravana de elefantes que personas durmiendo en las cunetas. Cuando llegaron en su vetusto Toyota Corolla ("Debía ser de la época de Carlos Sainz", dice Jaime), se encontraron que hacía un cuarto de hora que había cerrado el Taj Mahal. Así que lo pensaron unos minutos y decidieron no volverse otras cinco horas sino buscar un hotel. Encontraron uno a 500 metros. Sólo que no les querían dar habitación... Ni Jaime ni su amigo llevaban el pasaporte y les pedían el número de visado. Entonces el piloto sacó su DNI. "Eso le valdrá en España, aquí no", le dijeron. Hasta que Rainiero les comentó que era piloto de Fórmula 1, que había venido al gran premio. No llevaban apenas ropa, sólo una bolsa y la cámara de fotos al cuello. Tampoco le creyeron. Finalmente les mostró su acreditación de piloto, le buscaron en Google... y todo cambió. Al español le dieron la mejor suite disponible y le agasajaron con todo tipo de disculpas. Aunque le cobraron, eso sí. Al día siguiente pudieron ver el Taj Mahal, comprar una mesa de mármol indio y volver de nuevo por la selva y el asfalto de la India, con una aventura más en la mochila de viaje.