Sant Fruitós se volcó para recibir a Checa

Ahora estoy en paz". Éste fue, según sus propias palabras, el pensamiento de Carlos Checa el domingo al cruzar la meta como vencedor de la primera manga de Magny-Cours y proclamarse campeón del mundo de Superbikes. Ayer celebró el triunfo con su gente, en un verdadero homenaje popular que acompañó a un emocionado piloto en su recorrido por las principales calles de su población natal, Sant Fruitós de Bages. Desde que logró su primera victoria, el Campeonato de España de 80cc en 1991, hasta la última del domingo, que le valió el título mundial, han pasado veinte años, pero la ilusión de Checa, a once días de cumplir 39 años, no ha disminuido.

El Toro, que siempre ha estado muy próximo a sus convecinos, estuvo acompañado por más de un centenar de motocicletas y más de un millar de sus amigos y paisanos que se lanzaron a la calle en una fiesta que se prolongó hasta altas horas de la noche para celebrar el primer Mundial de su ídolo local, como también lo es su hermano menor David, campeón del mundo de resistencia en 2004.

Por aclamación popular, el alcalde de la población, Joan Carles Batanés, se comprometió, con los sones de 'Amigos para Siempre' como banda sonora, a que el Pabellón Polideportivo llevará desde ahora el nombre del piloto. Ante el impresionante apoyo, Checa estaba conmovido y quiso dedicarles su gran éxito: "Este título es tan vuestro como mío, no esperaba esto y ha sido el mejor premio de mi vida". Enhorabuena, Carlos.