Fórmula 1 | GP de Italia
Vettel otra vez
Décima pole del piloto alemán en trece grandes premios en el circuito más rápido del campeonato y con la menor velocidad punta. Fernando Alonso saldrá cuarto e irá por una victoria imposible
Envuelto en una bandera asturiana, con el escudo del cavallino rampante pintado en la cara y una peluca roja, Mario es el líder de una banda de locos que caminan por el parque de Monza en busca del circuito. Los coches ya ruedan en la última sesión de libres y empiezan a correr. "Aquí termina el reinado de Vettel, Monza es el templo de la velocidad y su coche aquí no corre", dice en italiano. Sí, Alonso ha logrado también que la enseña del Principado la lleven los que han nacido lejos de la patria querida. Iban felices, contentos en busca de la ilusión que dictaba la lógica del pasado.
Porque Red Bull nunca había logrado una pole en Monza, porque en este trazado siempre ha importado más la velocidad punta, porque, es verdad, el coche azul es más lento que otros... en la recta.
Pero después está el agarre y ahí el coche que pilota magistralmente Sebastian Vettel se pega al asfalto y permite que el talento del alemán lo lleve más allá en las curvas, pocas en Monza. Suficientes. Primera pole de la escudería energética en Italia, decimotercera de trece grandes premios este año, décima del piccolo tedesco esta temporada, la 27 de su equipo en los últimos 31 grandes premios. Sí, Vettel. Otra vez. También aquí.
La primera posición del campeón del mundo en la parrilla de Italia es una confirmación del cambio que ha experimentado la F-1 en la era aerodinámica. Conseguir la pole aquí con el monoplaza más lento en la recta, 327,7 km/h, por los 349,2 de Sergio Pérez, es toda una evidencia de la importancia de la carga aerodinámica en este deporte. Además los dos McLaren, Hamilton y Button, que acompañaron al líder del Mundial en el podio virtual también están entre las peores puntas de ayer. Pero también es justo reconocer que Vettel es capaz de llevar el Red Bull donde los demás no llegan, ayer siete décimas mejor que su compañero Mark Webber, atrapado en el mejor coche de la categoría. Aunque el australiano se quejó al equipo de que había tenido sólo un intento.
Mientras, los Ferrari, en el límite de los 345 km/h, en ese momento de la vida, en el que no se ve más allá del aire, sufrían. Alonso tuvo que hacer una vuelta espectacular para llegar a un cuarto puesto que le ofrece acceso al podio y una pequeña esperanza de victoria, por lo que pueda pasar. Ferrari no ha acertado este año después del disparo al palo de la pasada temporada y su coche necesita más. Mucho más. El asturiano volverá a intentar el milagro de plantar batalla a los misiles azules con una ballesta roja construida por la leyenda de otra época. Cambiar la tendencia es el gran reto de un piloto que sueña con volver a ganar.