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Fórmula 1 | La intrahistoria

El día que Vettel ganó con un motor Ferrari

Fue en Monza hace tres años con el Toro Rosso

<b>LA PRIMERA. </b>En el GP de Italia de 2008 fue la primera vez que Vettel levantó su dedo índice de ganador.
flavio mazzi

Pasea por el paddock saludando a unos y a otras, repartiendo besos y apretones de manos, como el niño más aventajado de la clase, el que lleva pajarita al colegio, pero nadie se ríe porque saben que es el más listo. Sebastian Vettel camina por Monza junto al hospitality de Ferrari en el que se celebra el enésimo acto de promoción protagonizado por Alonso y Massa, y se sabe distinto.

Hace un año llegaba de destrozar la carrera a Button en Spa y era tercero en el campeonato a 31 puntos de Hamilton que había ganado en Bélgica. Martin Whitmarsh incluso le llegó a apodar kid crash. Esta temporada los nervios han quedado en el olvido, anda relajado como si fuera el alcalde de la parrilla, es líder en otra división, ha ganado siete carreras y ahora es Helmut Marko el que llama a Hamilton el chico de los choques. Sin embargo, aún deben mejorar mucho las cosas para que Vettel sienta en Monza la felicidad que experimentó en 2008, cuando ganó con un Ferrari.

Exactamente con un Toro Rosso de motor fabricado en Maranello. Conviene recordarlo ahora que incluso Alonso ha declarado que estaría encantado de recibirle en su escudería. Fue el 14 de septiembre con la pista mojada cuando Vettel inició su leyenda, consiguió la primera y única victoria de un Toro Rosso, superó los récords de precocidad de Alonso, el de la pole y la victoria de un piloto más joven, e hizo realidad la sospecha de que estábamos ante un piloto capaz de grandes cosas. Porque es cierto que llovía, que aquel monoplaza tenía configuración de mojado mientras otros se la jugaron pensando en que no iba a llover, que ese Toro Rosso no es el actual y tenía muchas cosas de Red Bull y que su compañero Bourdais, salía cuarto, pero Vettel hizo una carrera perfecta, sin errores en un trazado complicado y venció con más de doce segundos de ventaja sobre el McLaren de Kovalainen.

El año siguiente ya sería en Red Bull, comenzaría a ganar más carreras y sentaría las bases del bicampeonato que está por venir, pero Vettel aún sonríe como el que es capaz de pedir salir a la chica imposible cuando recuerda lo que logró aquel septiembre de hace tres años. "Es algo que nunca olvidaré. Tenía la piel de gallina cuando me subí a lo más alto del podio y vi a toda la afición abajo", cuenta sobre el día que logró su primera victoria... Con 21 años y 73 días...