La cena perfecta del 'chef' Daniel Ricciardo

Ricciardo vive ahora bajo un permanente foco de atención. Acaba de debutar en F-1 con Hispania y lleva meses escuchando que Helmut Marko, el mandamás del programa de jóvenes de Red Bull, le tiene como su niño bonito. Sin embargo, la parte personal de este australiano de 22 años y ascendencia italiana no es muy conocida. Tremendamente simpático y con una perenne sonrisa, siempre ha confiado en sí mismo y nunca dudó que llegaría a la F-1. Ni siquiera cuando pasaba inadvertido por el paddock de Estoril y Montmeló en su debut en la Eurocup 2.0 con 18 años. Era 2007 y Daniel ya hablaba con una seguridad impactante a pesar de rodar retrasado en un certamen en el que arrasó Hartley, un neozelandés denostado de un día para otro por Marko.

Ricciardo ha llegado al Mundial que soñó que ganaría y para conocer mejor su afable carácter es bueno recordar una divertida entrevista en la web de Red Bull, hace un año, explicando su velada perfecta. Habría seis invitados: Travis Pastrana, leyenda mundial de los deportes de riesgo y su primer ídolo; Valentino Rossi; Sophia Bush, actriz de series como 'One Tree Hill'; Kate Beckinsale, famosa por 'Van Helsing' o 'Pearl Harbor', a la que sentaría a su lado y lejos de Valentino; Jordan Pundik, líder de la banda 'New Found Glory'; y Jim Carrey o Adam Sandler.

¿Y la cena? "¿Tendría que cocinar yo? Vale, está bien", admitía resignado y divertido Daniel. "Entonces, lo primero sería llamar a mi madre y hacer que volara desde Australia para cocinar su riquísima salsa napolitana para pasta. También haría pollo 'schnitzel', pero no mucho porque no quiero pasarme la noche cocinando, y de postre compraría dos cubos de 'Häagen-Dazs' y una caja gigante de rosquillas 'Krispy Kreme'. Y, por supuesto, en la mesa habría unas cuantas cervezas australianas". Un crack el aussie.