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Fórmula 1 | GP de España

Montmeló es la prueba de fuego del alerón móvil

El DRS amenaza la escasez habitual de adelantamientos que hay en la cita catalana y su zona de activación será la más larga hasta la fecha: 830 metros de la recta de meta

<b>MÁS ESPECTÁCULO. </b>Es lo que se espera en el trazado catalán con las nuevas normas.
agencia

Es la principal novedad del reglamento técnico en 2011. Fundamentalmente porque afecta de forma directa a la línea de flotación que decide la F-1 actual: la aerodinámica. El alerón trasero móvil o DRS es el invitado estrella de la temporada y en el GP de España se enfrenta su prueba de fuego, ya que la cita de Montmeló es una de las pistas donde menos adelantamientos se producen en el Mundial. Por tanto, si funciona en el circuito catalán, funcionará en el resto.

El Drag Reduction System (sistema de reducción de resistencia al avance) es un elemento sencillo en su funcionamiento. El piloto pulsa el botón que tiene en el volante, siempre en la zona permitida (en este caso, 830 metros de la recta de meta) y si está a menos de un segundo del coche que le precede, y en ese instante el alerón se abre en su mitad superior hacia adelante, como un buzón. Esa apertura permite reducir la resistencia al viento, rebajar la carga aerodinámica y aumentar la velocidad, lo que facilita el adelantamiento.

En el pasado GP de Turquía, con la inestimable ayuda del KERS, facilitó cerca de setenta cambios de posición, que son casi la mitad de los que se han producido en los 17 grandes premios en seco que se han celebrado en Barcelona (148). Y es que de las veinte carreras de F-1 disputadas allí, sólo en tres hubo pista mojada, hasta ahora el único factor capaz de fomentar los adelantamientos. Eso sí, con el agua en el asfalto la media subió exponencialmente hasta 32,3.

El DRS amenaza con cambiar la estadística en Montmeló y subir claramente los 8,7 de media en seco e, incluso, los 12,3 que resultan contando los veinte grandes premios, todos los celebrados desde 1991. Como dato que lo reafirma, uno contundente: el autor de la pole en los últimos diez GP de España también ganó la carrera. Nadie pudo pasarle.