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Fórmula 1 | La intrahistoria

"Fichen a ese tipo", dicen en el 'paddock'

Adrian Newey es clave en la F-1

Adrian Newey

Lo dijo un argentino del paddock, pero su opinión es compartida por todo aquel que desea ver a Ferrari ganar. "Fichen a ese tipo, fíchenlo y verán." El hermano de la Pampa se refería a un hombre que aparenta sesenta años, que camina con los pies por delante, las manos en los bolsillos en un gesto de genio distraído y mirando al frente apenas sin pestañear. Se pasea así por el paddock, de cuando en cuando, nadie sabe exactamente dónde va cuando deja el box de Red Bull, quizá esté pensando en su último artilugio de los diablos, probablemente tenga la mente tan en blanco como ese folio desde el que, según cuenta la leyenda, ha diseñado los dos últimos monstruos de la Fórmula 1, los dos últimos coches que han dominado el campeonato, los Red Bull del año pasado y el que este año ya ha ganado la primera carrera disputada en el Mundial. Adrian Newey es el hombre, el mago en el que todos piensan.

"Es muy bueno, pero deben tener algo, no puede ser que sólo allí sean geniales", explicaba un ex piloto español. Y es que, teóricamente, en la Fórmula 1 todos o casi, son genios de la técnica, los mejores ingenieros del planeta puestos al servicio de la victoria, pero sólo Newey lo consigue, sólo él es capaz de construir un monoplaza capaz de arrasar. En Ferrari pensaron que con el mejor piloto serían capaces de reeditar la era Schumacher, pero se necesita algo más. Por ello, dicen, le pusieron a Newey un cheque en blanco sobre la mesa... que dejó sobre ella. Al menos de momento...

En esta F-1 de hoy donde todo importa, desde una brizna de viento a un grado más de temperatura en el asfalto, pasando por un milímetro más de flexibilidad en un alerón, o un punto más o menos de degradación del neumático, manda un ingeniero increíble capaz de construir Williams, McLaren y Red Bull campeones del mundo. Sólo la fiabilidad se encontraba en su debe del balance, pero por ahora tiene controlado ese veneno. Con los cambios se ha querido aumentar el espectáculo, pero se deja menos que nunca en manos de los pilotos y los motores apenas importan. ¿Qué sería de la F-1 en la que no hubiera aerodinámica y los propulsores volvieran a los 900 caballos?