GP2 calibra la seguridad del convulso Bahrain

El único gas que se abre estos días en Bahrain es el lacrimógeno. Ayer, en la tercera jornada de protesta de la población contra el Gobierno, hubo más detenidos, un muerto y batalla en las calles. Bernie Ecclestone, patrón de la F-1, cuyo Mundial arranca precisamente en aquel país el 13 de marzo, habla de "peligro". Pero no sólo el Gran Circo está amenazado. La GP2 corre igual suerte. Y juega contra el reloj, porque su segunda prueba de la Serie Asiática está programada para este fin de semana. Y hoy ya hay entrenamientos. "Oriente Medio es una zona de gran crecimiento y queremos estar allí, pero también estar seguros", dice Ecclestone.

Sus hermanos pequeños, los directivos de la GP2, confían en que se cumpla el plan previsto: "Los equipos que están en el circuito nos dicen que por el momento no hay problemas". Ese por el momento es lo que preocupa, tanto a la GP2 como a la F-1, que, además del gran premio que abre el Mundial (13 de marzo), tiene un test en el circuito de Sakhir del 3 al 6 de marzo. "Estamos tratando de tener la situación bajo control", afirma Salman bin Isa Al Khalifa, responsable del trazado.