Rossi, grande entre los grandes

Valentino Rossi acaricia ya con la yema de los dedos su noveno título mundial, ahí es nada. Al margen de que su palmarés se engorde temporada a temporada, desde hace ya tiempo el italiano merece estar en el Olimpo de los grandes de este deporte. Es de los pocos que ha sido capaz de ganar en todas las categorías en las que ha competido y su superioridad en la reina, la reservada a los mejores, es manifiesta desde hace más de un lustro. Así que su trayectoria no admite especulaciones, finalmente podríamos reducirlo todo a fríos números y 'El Doctor' ocuparía ese lugar de privilegio en la historia del Mundial.

Sin embargo, para mí, tanta trascendencia tiene lo que ha hecho Rossi como la forma en que lo ha consumado. Me refiero a que su personalidad, su implicación con el motociclismo, su carisma, su simpatía, su sencillez... tienen el mismo valor que los propios títulos. Y es que él ha entendido este negocio como pocos. Leía hace unos días una interesante entrevista de Wayne Gardner en 'El País' y el campeón australiano de 500cc lo explicaba con claridad meridiana: para ser un gran campeón hay que ser capaz de mucho más que ir deprisa en moto. Y ponía a Valentino como el mejor exponente de esta definición de la figura total, del que es brillante tanto dentro como fuera de la pista. Y por eso pienso que Rossi es el más grande de la historia en términos absolutos. No me pararía a discutir si ha sido el mejor sobre el asfalto porque ése es casi un debate secundario. Lo que realmente me impresiona de él es que su majestuosidad trasciende a los circuitos para ir mucho más allá. Y en eso, creo que el único que puede hacerle sombra se llama Ángel Nieto... y que me perdonen los demás.