Los campeones proscritos

No es la primera vez (y me imagino que tampoco será la última) que hago la reflexión de las siguientes líneas. Les pido disculpas por adelantado si el tema les parece recurrente, pero es que no puedo evitarlo cada vez que un motorista español de las especialidades de campo conquista un gran éxito internacional. Hace sólo unas semanas, Iván Cervantes y Toni Bou se han proclamado campeones del mundo de sus respectivas especialidades. Ahí es nada. El primero en enduro y el segundo en trial. Pues bien, son dos disciplinas proscritas en nuestro país, tanto que sus practicantes pueden llegar a ser considerados como delincuentes. Y no es ninguna exageración, se lo aseguro. La Ley de Montes castiga de tal modo la circulación de vehículos a motor por el medio natural que los motoristas de campo son perseguidos como criminales.

Por supuesto que el medio ambiente merece la mayor de las protecciones, eso nadie puede ya ni siquiera cuestionarlo en estos tiempos. Pero regular no es lo mismo que prohibir, sobre todo cuando se hace sin tener en cuenta el perjuicio que puede causar a personas que tienen el mismo derecho que los demás a disfrutar de lo que se les está vetando. Pero eso parece no importarle a casi nadie, porque el motociclismo de campo no tiene ningún peso específico ni en nuestra economía ni en nuestra sociedad. Sólo interesa, eso sí, cuando se trata de hacerse la foto de rigor con alguno de estos campeones que, entonces sí, hacen más grande al deporte español.