Cambiando ruedas con Kimi como ayudante de lujo

Reconozco que ahora miro con mejores ojos a Gavin Morgan y Andy Band, los mecánicos que apretaron mal la tuerca del coche de Alonso y le llevaron al abandono en Hungría. Gracias a Shell, un grupo de periodistas competimos y sentimos ayer la tensión de un cambio de ruedas. Kimi Raikkonen fue el anfitrión, con sus grandes tatuajes en los brazos y ese pelo largo que cada vez le sitúa más cerca de los 70. El finlandés estuvo algo más expresivo de lo habitual en él y hasta sonreía relajado.

El mecanismo de soltar la rueda usada y apretar la nueva, que en la realidad también tiene un mecánico encargado solo de hacerlo en cada uno de los neumáticos, es sencillo. El problema es tener que hacerlo con el crono como juez, bajo presión. Así le pasó a este periodista, que fue bastante veloz en el ensayo y un desastre con el crono en marcha.

La pistola pesa unos cuatro kilos y tiene un botón que hay que pulsar para que desenrosque el buje después de encajarla bien, y que se debe sacar para volver a apretar la nueva rueda. Llegó mi turno y a Kimi le pusieron a sacar el neumático. Aprietas el botón y sacas la rueda. Sólo 1,5 segundos. Voy bien. El mejor tiempo del ganador final fue de 3,28.

Pero por las prisas se me olvida sacar de nuevo el botón y, cuando voy a apretar la nueva llanta, en vez de enroscar, desenroscaba, y giraba locamente sobre el buje mientras Raikkonen me decía: "¡El botón, el botón!". Dejo la pistola, la coloco bien y firmo un tiempo de más de siete segundos. Mientras suelto improperios, el finlandés de Ferrari sonríe abiertamente.

Y vuelve a hacerlo con el siguiente compañero en participar, que tiró la arandela del buje por los suelos. Kimi tenía mucha más maña y, en su aplaudida intervención final, batió el récord absoluto de Michael Schumacher (3,08) y lo dejó en 2,86 segundos.