Massa recibirá el alta en dos días

Con los dos ojos abiertos y una herida de guerra alrededor del izquierdo, Massa llegó ayer en vuelo privado a Brasil. Felipe aterrizó en el aeropuerto de su ciudad natal en Sao Paulo con su esposa Raffaela, embarazada de cinco meses, y su médico personal, Dino Altmann. A pesar de que no quiso hacer declaraciones, se le vio sonriente y feliz ante quienes esperaban su llegada.

Nada más pisar tierras brasileñas, el de Ferrari fue hospitalizado de nuevo en el Albert Einstein, al que llegó en helicóptero y en el que entró andando, para que diesen comienzo los dos días en que estará ingresado en un entorno más familiar para someterse a diversas pruebas, como una tomografía computerizada, que determinen el tratamiento a seguir para así cumplir su deseo: "Volver lo más rápido posible a pilotar el Ferrari".

En 48 horas por tanto podrían dar el alta a Felipe Massa, ya que pasó la noche "muy bien" en compañía de su esposa. Tras el impacto del muelle en su cabeza, del que el piloto brasileño no recuerda "nada", estuvo ingresado en el hospital AEK de Budapest con un coma inducido para evitar que se produjeran daños cerebrales. Su positiva evolución hizo que el pasado domingo se anunciara su regreso a su país, donde permanecerá varios días junto a los suyos en Sao Paulo. Ahora, Massa verá, al menos la próxima carrera en su casa por la televisión mientras su sustituto, Michael Schumacher defiende el honor de Ferrari. ¿Después? Ya veremos qué sucede.