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Fórmula 1 | El retorno del mito

Schumacher rodó con un Ferrari del año 2007

El piloto alemán completó ayer su primera jornada de pruebas en el circuito de Mugello al volante de un monoplaza de hace dos temporadas, que prestó a la escudería un coleccionista que lo había comprado

<b>PRIMEROS KILÓMETROS. </b>Michael Schumacher volvió a subirse ayer a un monoplaza, algo que no hacía desde el pasado año en el circuito de Montmeló.

A las once de la mañana, el rugido de un motor desquebrajó el bucólico silencio de la Toscana. Un coche rojo saltaba al asfalto de Mugello y, como en los viejos tiempos, a su volante estaba Michael Schumacher. El alemán volvía a disfrutar de las sensaciones únicas que puede ofrecer un Ferrari de Fórmula 1, aunque se tratara de una pieza casi de museo. Completó su primera jornada de pruebas antes de su regreso a la competición con un F2007 de hace dos temporadas, una de las unidades que utilizaron Raikkonen y Massa aquel año, que un apasionado de la marca (y suponemos que rico) había prestado al equipo: meses antes lo había comprado en Maranello para su colección particular. Quién se lo iba a decir a él...

El Kaiser continuará todo el fi n de semana rodando con este coche en el trazado italiano y lo hará sin problemas, pese a las limitaciones en los entrenamientos que este año impone el reglamento. En primer lugar, porque él de momento no es un piloto en activo, su participación en el GP de Europa no se ha formalizado y de hecho ni siquiera tiene la Superlicencia. Pero además, la normativa condiciona los test con los coches que compiten en los grandes premios, para reducir los presupuestos a base acotar las jornadas de ensayos. No es el caso del F2007, puesto que ni el piloto ni el equipo sacarán información de valor alguno para su aplicación en las carreras de este año.

Ya el jueves, Schumacher estuvo trabajando con el simulador de la escudería. Pero llevaba un año sin subirse en un monoplaza y quería recuperar las antiguas sensaciones. �Su intención es dar todas las vueltas posibles para familiarizarse nuevamente con el desafío de conducir un F-1�, explicó su portavoz, Sabine Kehm.

El entrenamiento se desarrolló a puerta cerrada y parece que así seguirá siendo durante los dos próximos días, a pesar de la nube de periodistas, fotógrafos, afi cionados o simples curiosos que merodeaban por los alrededores del trazado de Scarperia, atraídos todos por el reclamo de un auténtico mito del deporte que vuelve a la carga.

Schumacher y Ferrari seguirán adelante con un ambicioso programa de trabajo. El heptacampeón quiere probar también el F60 antes de llegar a Valencia y por ese motivo su equipo ha pedido permiso a la asociación de escuderías para poder hacerlo (algo que sí prohibe la reglamentación). John Howett, presidente de Toyota F-1 y vicepresidente de la FOTA, confi rmó ayer que han aceptado la solicitud de Ferrari. Lo consideran una situación excepcional y en la que, además, concurre el accidente de Felipe Massa, que tanto puede perjudicar a la casa de Maranello. Así que pronto veremos a Schumi con un Ferrari de los de verdad.