Alonso esperó hasta el final el desenlace

Fernando Alonso tuvo una jornada de descanso en Mónaco más intensa de lo habitual. Comenzó a las diez de la mañana. Al volante de un flamante Renault Mégane deportivo subió al pueblo de montaña de La Turbie, encima del Principado, para grabar un programa de televisión para un canal temático de motor. Después, tuvo que hacer una sesión fotográfica con la gama de deportivos de su marca justo detrás. En el dique de Mónaco, delante de un Clio, Mégane y Laguna y con el azul del mar a su espalda.

En torno a la una y media de la tarde, acudió al paddock del circuito en scooter para comer y se encontró con el mismo ambiente de tensa espera de la noche anterior. El asturiano cenó el jueves en el barco de Flavio Briatore y, pese a las aparentes insalvables diferencias, ahí estaba también Bernie Ecclestone. También Pedro de la Rosa y Mark Webber, los codirectores de la Asociación de Pilotos (GPDA). De fondo el monotema del límite presupuestario de 2010.

A las cuatro de la tarde de ayer, Alonso se reunió con sus ingenieros para preparar la calificación de hoy, y puso especial énfasis en ver la telemetría detallada de sus frenadas. En la primera jornada no se sintió cómodo en la chicane de después del túnel y se trataba de ver con los datos en la mano la manera de mejorarlo. Ahí se habría acabado el trabajo un día normal. El ovetense, consumado aficionado ciclista, vio el final de la etapa del Giro de Italia, ganada al sprint por Cavendish. Y, desde ese momento, a esperar. Por su condición de dirigente de la GPDA se quedó hasta las siete y media de la tarde para conocer el resultado de las intensas negociaciones para que los grandes constructores no abandonen para siempre la Fórmula 1.

Confiado.

Por otra parte, el bicampeón asturiano concedió una entrevista al diario francés 'L'Equipe', en la que afirmó no rendirse para el Mundial: "Mis posibilidades para ser campeón son en este momento de un diez por ciento. Por eso necesito tener un buen coche ya. Hay que reaccionar inmediatamente. Si ganamos tres o cuatro décimas por vuelta podemos subir seis o siete puestos y sé lo que puedo hacer. Nos ha perjudicado el tiempo que hemos perdido en desarrollar el KERS. El año pasado sumé más puntos que nadie en la segunda parte de 2008 sin tener el mejor coche. Puede repetirse este año. Por eso no puedo rendirme y mi objetivo sigue siendo ganar el título". Y expresó su optimismo para el futuro: "Sólo tengo 27 años y puedo ganar cuatro o cinco Mundiales más, aunque ahora esté pasando un momento difícil".