Raids | Aventura entre Rusia y Mongolia
Europa y Asia, unidas por el Transiberiano
Laila Peinado y Pau Soler, con un Porsche Cayenne, fueron segundos en esta durísima carrera de más de 7.000 kilómetros que parte desde Moscú y termina en Ullan Bator
Estuvieron a punto de caer en la desesperación cuando a los pocos kilómetros de abandonar Moscú su imponente Porsche Cayenne se quedó parado. Pau Soler y Laila Peinado perdieron dos horas y cuarenta y cinco minutos en la primera etapa del Raid Transiberiano. Iban en el puesto 23º. Pero sólo era el comienzo, es mejor empezar mal porque hay tiempo de remontar. Y eso fue lo que hizo el equipo español en este durísimo raid de más de 7.000 kilómetros entre la Plaza Roja de la ciudad rusa y la capital de Mongolia, la lejana Ullan Bator.
A partir de ese incidente, la estrategia era aprovechar la experiencia en navegación de la pareja española, sin errores, con prisa y sin pausa. "Las etapas de Rusia tenían muchos kilómetros de enlace y las especiales cronometradas eran muy cortas, por lo que no se podía recuperar tiempo y había que tratar de cuidar al máximo la mecánica a la espera de la segunda parte de la carrera", explicaba Soler.
Finalizaron segundos, tras el equipo francés. La mecánica después no dio grandes sustos. Y es que el Cayenne ha demostrado su fortaleza de coche imponente, un vehículo de 385 caballos con un motor de casi 5.000cc, capaz de pasar de cero a cien en menos de siete segundos. Todo un monstruo para las peores condiciones del planeta. Esas que estaban por llegar con barrizales interminables, pasos de ríos y muchas curvas en las que ver el otro lado era una utopía.
Soler, que este año ya ganó en moto la Leyenda de los Héroes, la carrera organizada por Hubert Auriol de París a Dakar, estaba este año en su segunda participación en la prueba, al igual que Peinado, y ha conseguido remontar tres puestos desde el quinto logrado en 2007 con este mismo coche preparado.
"Sabíamos que uno de nuestros puntos fuertes estaba en la navegación que Laila tenía magníficamente preparada, por lo que los tramos de velocidad largos que nos esperaban en Mongolia eran perfectos para escalar posiciones", concluye Pau. El catalán, de 30 años, sufrió este año una gran decepción cuando se suspendió el Dakar en el que iba a participar con una BMW. Laila, también instructora de todo terreno, de 29 años, estaba feliz con la experiencia de vivir algo único.