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Un ingeniero de vocación que debe recuperar al mito italiano

Fórmula 1 | Héroe de Malaisia

Un ingeniero de vocación que debe recuperar al mito italiano

Su tesis doctoral de ingeniería ya se basó en los sistemas de suspensión de los monoplazas de F-1. Como los pilotos principiantes, se inició en el equipo Minardi

Cuando siendo un niño a Aldo Costa le preguntaban eso de ¿tú qué quieres ser de mayor? seguro que su respuesta estaba clara. Ni futbolista, ni abogado, ni médico: ingeniero de Fórmula 1. La suya es una vocación temprana, una pasión por el automovilismo deportivo que dirigió sus estudios universitarios hacia la única formación que podía permitirle alcanzar su sueño.

El creador del nuevo F2005 nació en Parma (Italia) 5 de junio de 1961. Durante toda su juventud siguió con detalle el mundo de la competición, tanto en lo deportivo como en lo tecnológico, hasta que pudo ingresar en la universidad de Bolonia para estudiar ingeniería mecánica. Allí se graduó en 1986 y se doctoró a continuación con una brillante tesis sobre los sistemas de suspensión de los monoplazas de Fórmula 1. Buena parte de la información que recopiló para su proyecto se la facilitaron en Maranello, en el departamento de carreras de Ferrari, donde quedaron entusiasmados por la consistencia de los argumentos e ideas del joven estudiante.

Costa tenía claro que su futuro profesional apuntaba a las carreras y al finalizar sus estudios ingresa en Abarth, otro de los nombres míticos del automovilismo italiano, donde durante dos años desarrolla labores de cálculo y diseño por ordenador.

Su talento no pasa tampoco desapercibido esta vez, ni siquiera para los grandes patrones de la Fórmula 1. Así es como Giancarlo Minardi, propietario del equipo que lleva su nombre, decide contratarle como diseñador jefe para sustituir a Giacomo Carili. Pese a su juventud, 27 años, consigue endereza el rumbo de la modesta escudería pese a la precariedad de medios para evolucionar.

Allí permanece hasta 1995, temporada de su incorporación a Ferrari, que siempre había tenido en su agenda al brillante ingeniero. Especializado en chasis, se hace cargo del departamento de diseño de la 'Scuderia' y durante la pasada década ha sido uno de los responsables de su resurrección.

Bajo la supervisión de Rory Byrne, diseñador jefe de Ferrari, para esta temporada le encargaron afrontar su gran obra: crear un monoplaza adaptado a la nueva reglamentación. Costa se convierte así, casi en la sombra, en el padre del F2005, el 51º monoplaza de la factoría roja y quizá uno de los decisivos en su historia. Además, es el primer italiano sobre el que recae esta responsabilidad en los últimos veinte años.

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