Unos padres sustituyen las plataformas de streaming por viejos VHS para sus hijos y no pueden creer el resultado: “Drásticamente”
Los niños presentan mejoras en atención y rendimiento.
Rachael Schaefer es una mujer de 32 años que vive en el estado de California, y que un día tomó una decisión drástica. “Hace dos años, nuestro hijo Jack se despertó temprano y bajó sigilosamente a la sala de televisión”, cuenta Schaefer. Lo que el niño estaba viendo es ‘Get Him to the Greek’, una comedia para adultos con Jonah Hill y Russell Brand. Rachael y su marido, Jordan, preocupados por el acceso de sus dos hijos -con un tercero en camino- decidieron cambiar de manera radical la manera en que los pequeños verían contenido audiovisual a partir de entonces.
Ella asegura que siempre ha estado preocupada por la forma en que sus hijos consumen contenidos. “Jack tenía tres meses cuando empezó la pandemia y el consumo de medios se convirtió en un hábito diario en casa”, explica. “Desde muy pequeño aprendió qué eran todas las aplicaciones: YouTube, Netflix y Disney+. En estos últimos cuatro años, hemos visto cómo las aplicaciones han evolucionado. Todo está digitalizado y es fácilmente accesible. El contenido para un amplio rango de edades se agrupa y se considera ‘apropiado para niños’ sin ninguna restricción en cuanto a las opciones disponibles”.
“Formamos parte de la primera generación en la historia cuyos hijos nacen con una adicción”, continúa la norteamericana. “Adicción a las opciones y el acceso instantáneos e ilimitados; contenido desenfrenado al alcance de la mano sin que se vislumbre un final; cuando termina un programa, otro empieza al instante, diseñado para mantenerte enganchado”.
Hasta que a su marido se le encendió la bombilla. “A mi marido se le ocurrió buscar un televisor VHS pequeño que pudiéramos poner en la habitación de los niños para que vieran películas que nosotros habíamos aprobado”, continúa Rachael. “Empecé a coleccionar cintas VHS antiguas en tiendas de segunda mano y en eBay. ¡Fue una experiencia muy divertida para los niños!”.
Rachael reconoce que los pequeños han tenido que adaptarse: cambiar la cinta y rebobinar no es algo a lo que las nuevas generaciones estén acostumbradas, precisamente. Sin embargo, asegura que los beneficios han sido palpables. “Su productividad se ha disparado”, dice. “Su capacidad para aburrirse y aceptar el aburrimiento les ha llevado a disfrutar del juego independiente. Nos ha dado mucha tranquilidad tanto a Jordan como a mí, y ha creado recuerdos preciosos para toda la familia”.
La dependencia de las pantallas, un problema global
La Academia Estadounidense de Psiquiatría Infantil y Adolescente confirmó que, de media, los jóvenes de entre 8 y 18 años en Estados Unidos pasan 7.5 horas diarias viendo o usando pantallas. Si bien el tiempo frente a la pantalla es una forma eficaz de entretener y mantener distraido a un niño inquieto, y puede tener beneficios educativos, no está exento de problemas. Ver contenido inapropiado puede fomentar conductas negativas y tener un impacto perjudicial en la salud mental y la visión del mundo del niño. El exceso de tiempo frente a la pantalla también puede afectar el sueño, el estado de ánimo, la alimentación y el rendimiento académico.
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