La Hermandad del Acero aterra en la serie de Fallout, y eso es algo que Prime Video ha mejorado respecto al videojuego

‘Fallout’ ya está completa al alcance de todos los suscriptores de Prime Video. La serie que adapta el famoso videojuego de Bethesda Games Softworks lleva más allá la licencia en ciertas cuestiones claves, como las facciones. Uno de los protagonistas está ligado estrechamente a la Hermandad del Acero, un grupo que en los videojuegos muestra una cara más amable de lo que en realidad es. Si ponemos la serie frente a la saga, en este tema gana Amazon de calle. La pieza contiene spoilers argumentales de los dos primeros episodios.

¿Cómo es la Hermandad del Acero en los videojuegos de la saga Fallout frente a la serie?

En los videojuegos, la Hermandad del Acero se dibuja como una facción dedicada a encontrar y preservar la tecnología previa a la guerra entre los restos del yermo. Son un grupo cuya estructura no dista demasiado de un ejército profesionalizado, pero en los videojuegos no se profundiza demasiado sobre sus hábitos, formas de actuar y reglas, tanto dentro como fuera del combate. Aparecen como un ente más que se ha moldeado sobreviviendo en comunión entre ellos.

De hecho, en la saga es habitual encontrar que los Caballeros, estos enormes soldados vestidos con sus imponentes armaduras, luchen en escuadrones de combate sin el apoyo de otros compañeros de diferentes escalas. El primer cambio de la serie ocurre precisamente en este punto. Los Caballeros se lanzan en misiones de búsqueda y recuperación en parejas. Siempre van acompañados de un recluta que ha sido promocionado a Escudero, que actúa bajo su mando y le sirve de apoyo en todo momento.

Maximus (Aaron Moten) es uno de los ejemplos. El joven promociona a Escudero del Lord Caballero Titus. Lo hace tomando un juramento que sella en su espalda el acero de su nuevo amo. Los honores del proceso se quedan a un lado cuando ambos se embarcan en su primera misión. Para Titus, la presencia de Maximus no es más importante que una boñiga. La primera tarea como Escudero es limpiarle el depósito de orina de su servoarmadura. El trato durante la misión tampoco es que acompañe, precisamente. Los Caballeros son dibujados en el videojuego como personajes honorables y siempre dispuestos a la misión. Trazan un cierto paralelismo con los samuráis. Sin embargo, la fachada en la serie es todo lo contrario. Titus es despreciable. Se divierte asesinando y no duda al usar a su escudero de señuelo ante el peligro.

Sectarismo y fervor religioso por la tecnología: todos temen a la Hermandad del Acero

Pero la imagen más interesante de la Hermandad del Acero en la serie ocurre en los momentos previos a que Maximus sea la nueva sombra de Titus. Él mismo lo sufre en sus propias carnes durante la instrucción a la que se somete. En clase son estrictos y no dudan en usar la violencia como lección frente a los demás. Ya lo decía aquél: “La tinta, con sangre entra”. Un error al reconocer un esquema lleva al profesor a propinarle un golpetazo a Maximus con una de las varas de madera que rigen con puño de hierro la clase.

Entre los alumnos (reclutas) hay cierta camaradería. El baloncesto se practica con piedras lanzadas a una canasta de aro cuadrado. Todos se alegran cuando uno de ellos se logra ser promocionado, pero al mismo tiempo las sonrisas esconden envidias. No hay momento en el que dejen de desear salir ahí fuera, lejos de la vida de mentira que ellos mismos han construido alrededor de las bases militares abandonadas.

La serie juega muy bien con el momento en el que Dane (Xelia Mendes-Jones) es herida por sus propios compañeros. La recluta celebra con todos su promoción. A la mañana siguiente, algo tan cotidiano como ponerse las botas le cambia la vida para siempre. Alguien había introducido una navaja en su bota izquierda. El pie queda destrozado y la promoción, a la basura. No queda del todo claro si ha sido Maximus o alguno de sus otros compañeros. Lo que sí queda cristalino es que las envidias vuelan en un entorno que hasta el momento parecía regio e inmaculado, o al menos eso es lo que nos trasladaba el videojuego.

Mientras que los reclutas son almas infelices que buscan una nueva oportunidad en el yermo, sus dirigentes son figuras que transmiten un nivel de sectarismo que no encontramos en los juegos. Su religión es la tecnología, y su misión es imponer la ley marcial aplastando a todos los que vayan en su contra, ya sean saqueadores o el Enclave, sus máximos rivales. La presencia y los gestos del Elder Quintus (Michael Cristofer) transmiten bastante poca cordura. Es uno de sus líderes. Su palabra va a misa. Pero también es cierto que un brote de locura puede llevarle a ordenar cualquier acción por violenta que sea. Por no hablar de que tiene a todos los Caballeros comiendo de su mano...