Una hora con Princess Peach: Showtime, la obra de teatro más grande del Reino Champiñón

Hace tiempo que Peach dejó de ser la típica princesa a rescatar. La reciente adaptación de Super Mario a la gran pantalla demostró una vez más que la joven puede llevar el peso como protagonista. Ese fantástico mensaje entre líneas, sobre todo frente a las nuevas generaciones, ha permitido que se continúe sobre esa senda también en el mundo del videojuego. Probablemente de ahí nazca la idea de plasmar una nueva aventura en solitario; en esta ocasión, los focos solo apuntan hacia ella.

Princess Peach Showtime! es la apuesta de Nintendo por continuar nutriendo de catálogo a una consola que se dirige firme a su octavo año en el mercado. Los números acompañan, de eso no cabe duda. Shuntaro Furukawa, actual presidente de la firma, apuntaba hace escasas semanas a que la perspectiva creativa de la empresa se mantiene intacta por más que aparezcan nuevas formas de entretenimiento.

Hay que dejar claro que el proyecto está centrado para un público muy concreto. Es evidente: se percibe desde los primeros momentos en los que agarras el mando. Es un videojuego con el que niños y niñas pueden dar sus primeros pasos en el género de la aventura sin necesidad de que una figura adulta esté detrás tutelando la experiencia. Tan solo necesita de dos botones y la palanca de movimiento para desarrollar cada obra de este teatro en el que la princesa encuentra su lado más polifacético.

Las mil y una caras de Peach

Aunque los más acérrimos a Nintendo Switch sepan de sobra qué se encontrarán aquí, no está demás mencionar cuál es la perspectiva creativa que encontraremos aquí. Por cuestiones argumentales que no desvelaremos aquí, la princesa se sumerge en un teatro de ensueño en el que se convertirá en la actriz protagonista de una parrilla de obras de lo más variopintas.

Los clásicos se entrelazan con la fantasía que Nintendo suele caracterizar a sus proyectos del universo Mario. No falta la Peach vaquera persiguiendo a malhechores a lomos de un caballo por el salvaje oeste, o su versión Ninja infiltrándose en un castillo típico japonés con técnicas que bien podrían servir en un Metal Gear Solid principal. Cada una de las obras se representa como si estuviésemos sobre las tablas de un teatro cuyo progreso se desarrolla de manera lateral. Por el momento hay hasta diez tipos de roles confirmados.

Durante la versión preview hemos accedido a cuatro versiones diferentes de obras teatrales, lo que va de la mano de unos rasgos diferentes de Peach en cada una. La más interesante bajo nuestro criterio fue la Peach pastelera. Vaya por delante que las cuatro obras que jugamos correspondían a la introducción. Pasamos una parte del nivel a modo de tutorial y luego el resto las pasábamos sumergidos directamente en el papel que Peach debía interpretar.

Volviendo al ejemplo, la Peach pastelera ofrecía probablemente los minijuegos más divertidos de la sesión. Nuestro jefe final tenía nombre y forma de pastel. La primera sección final nos animaba a pulsar rápidamente el botón ‘B’ para hacer crecer la masa de unas galletas. El puntito de dificultad consistía en dejar de pulsar cuando veíamos que el tamaño de la masa estaba en su punto; de lo contrario perderíamos por completo esa remesa. La cuestión trató de ir cocinando galletas en su punto para ir subiendo la puntuación de nuestro marcador hasta que se acabara el cronómetro. La segunda parte era todavía mejor: cogíamos la manga pastelera para dibujar la forma adecuada de la nata y la crema sobre las tartas que pasaban por nuestra mesa. Las últimas pedían bastante más precisión, ya que debíamos ir dibujando mientras permanecían en movimiento.

De obra y obra: no hay lugar para el descanso

Los niveles, al menos los que se encuentran en el primer piso, apenas toman entre 10 y 15 minutos en ser completados. Como decíamos, la exigencia es bastante baja. No es un juego en el que el jugador experimentado encuentre un desafío. Tampoco lo necesita. Ahí tenemos a Super Mario Bros. Wonder o Donkey Kong Tropical Freeze para quienes quieren ir a varios niveles por encima del género de las plataformas.

Volvemos a insistir en la simple combinación de botones para superar los obstáculos. Con un botón saltas y con otro utilizas la habilidad de Peach, característica por cada rol que interprete. Los niveles se componen de momentos de plataforma muy simple con combates contra los enemigos del teatro. Nos encontramos con algunos arquetipos que sí que necesitan hacer algún paso más para poder acabar con ellos, como un guerrero con escudo al que debes hacerle un parry con la habilidad en el tempo adecuado. Son matices de un juego que no busca ofrecer grandes desafíos.

En el plano técnico debemos confesar que esperábamos una experiencia menos nítida en modo dock. En pantalla grande se ve bien, sin aparentes problemas de framerate. Bien es cierto que está bloqueado a 30 imágenes por segundo; no hubiera estado mal poder verlo empujar hasta el doble del objetivo dado lo poco exigente que parece ser para la consola. En todo caso esto es lo que se ha decidido.

Durante la sesión conocimos que las interpretaciones de Peach no se pueden mezclar en diferentes obras. Si eres pastelera, por ejemplo, no puedes utilizar sus habilidades en el salvaje oeste. Cada rol es exclusivo de su temática. Por otro lado, el equipo le da más salsa a la exploración añadiendo una parrilla importante de estrellas, items especiales que aportan al completismo. Además de las monedas, que sirve para ir ganando vidas, las estrellas serán una de tus metas a completar.

La hora de brillar para la Princesa Peach

Nuestro paso por Princess Peach Showtime! ha sido un momento agradable en el que ver al personaje envuelto en experiencias poco habituales en su trayectoria. Es simpático y atractivo para un público que busque ganar bagaje en aventuras con perspectivas 3D. Todo está en su sitio. Es la aventura perfecta para poder seguir disfrutando de un personaje mítico del Reino Champiñón, y que así sea por muchos años más.

Princess Peach Showtime! debutará en Nintendo Switch el próximo 22 de marzo.