‘Post York’. Retrato del desastre climático
La obra de James Romberger en la que se presenta a una Nueva York bajo las aguas se enmarca en la apocalíptica tendencia de la Cli-Fi (clima ficción).
Uno de los grandes atractivos de la ciencia ficción es ver como sus profecías con el tiempo se ven cumplidas, aunque por suerte no son todas ni siquiera muchas de ellas. Cuando en 1995 Terry Gilliam filmaba ‘12 monos’ faltaban aún 25 años para la aparición del COVID, en 1968 Kubrick presentaba una IA capaz de interactuar con los humanos, Wells habló de la bomba atómica en 1903, Verhoeven de los coches autónomos en 1990 en ‘Desafío Total’, William Gibson del ciberespacio en 1984 en ‘Neuromante’, Orwell de la supervigilancia de los estados en 1947 en su novela ‘1984′… Así que cuando James Romberger describe una Nueva York bajo las aguas solo queda preguntarse: ¿Cuánto tiempo queda para ver esto?
Un mundo sumergido
Como consecuencia de las alteraciones en el clima de la Tierra una nueva corriente creativa lleva unos años triunfando: la cli-fi. Es una variante de la ciencia ficción distópica que tiene en el clima el motor del relato y con un tono más bien apocalíptico. En el cine el mayor exponente es la infravalorada Waterworld de Reynolds, aunque cintas como ‘Mad Max’, ‘El libro de Eli’ o ‘The Postman’ encajan perfectamente en la categoría. En novelas, la pionera es ‘El mundo sumergido ‘(1962) del maestro Ballard, obra con la que Romberger encuentra muchos puntos de coincidencia: la inevitable extensión de las aguas por el deshielo de los casquetes polares, la precaria situación de los pocos supervivientes en las ciudades, el recuerdo de un esplendoroso pasado, la pérdida de los valores sociales y el uso de la violencia como recurso. ‘Solar’, ‘El ministerio del futuro’ y ‘Estado de miedo’ también se incluyen en la categoría.
Un relato pesimista
Post York no es un relato amable ni con final feliz, tampoco es una historia con moraleja ni siquiera con un aviso, es simplemente un retrato crudo de una realidad a la que salvo milagro el hombre se enfrentará en unas pocas décadas. De hecho, en los extras del álbum, James recoge las respuestas de científicos a los interrogantes que él se plantea como ciudadano: ¿Cuánto subirán las aguas? ¿Habrá comida suficiente? ¿Qué pasa con la comida? ¿Aguantarán las estructuras? ¿El moho es un peligro? ¿Qué pasará con los reactores nucleares y los laboratorios donde hay sustancias y patógenos mortales? ¿La fauna y la vegetación local se extinguirán?
Un libro en tres actos
Formalmente ‘Post York’ es un cómic curioso ya que partiendo de una misma situación inicial se desarrollan tres historias diferentes que comparten los mismos protagonistas. Cada desenlace es distinto y cada línea argumental proporciona detalles concretos de los personajes. Solo después de ver todo se tendrá el cuadro completo. Una forma narrativa que recuerda al ‘Rashomon’ de Kurosawa o recientemente a ‘El último duelo’ de Ridley Scott.
Un dibujo ‘sudamericano’
A pesar de ser un reputado artista cuyos cuadros cuelgan en el Metropolitan en esta obra ha optado por un estilo que recuerda a los grandes dibujantes del cómic sudamericano del siglo pasado: Solano, Breccia, Muñoz… Una apuesta por el blanco y negro, con amplios espacios para el blanco, que lejos de aligerar la página, la convierten en asfixiante. El blanco es la nada como bien lo dejó claro George Pérez en Crisis en tierras infinitas.
Además de un gran dibujante, Romberger se muestra como un hábil narrador capaz de contar la historia sin apenas texto, dejando que el lector vaya construyendo ese universo devastado con sus propios recuerdos. Utiliza la figura de su propio hijo, el rapero Crosby, como modelo para el protagonista en una metáfora de lo que les espera a las generaciones que hereden un planeta enfermo. Siempre ha sido una persona comprometida con sus ideales trabajando también en revistas alternativas como World War 3 Illustrated.
Conclusión
La editora de este libro es Karen Berger, la misma persona que fundó para DC el sello Vértigo. Así que la calidad de la obra queda más que asegurada. Post York es una visión pesimista, pero con una base científica, de lo que le espera a la civilización si no se toman medidas impopulares.