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Reportaje

Los 5 motivos por los que el remake de Metal Gear Solid 3 es la mejor decisión

Explicamos por qué Konami ha elegido hacer un remake de Metal Gear Solid 3: Snake Eater en lugar de empezar por el primer juego de la saga o por el MGS de 1998.

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Metal Gear Solid 3 Remake

Fue una de las grandes sorpresas del reciente PlayStation Showcase. Konami quiere resurgir de sus cenizas cual ave fénix y tiene la intención de hacerlo apoyándose en las sagas y franquicias que otrora le proyectarán a los más alto. Tras el anuncio de Silent Hill 2 Remake hace unos meses, en el evento de Sony tuvo lugar otro sueño hecho realidad, la confirmación de que Metal Gear Solid 3: Snake Eater también está de vuelta a través de una nueva edición delta y de un nuevo recopilatorio (Metal Gear Solid: Master Collection Volumen 1).

Entre tanta alegría y euforia colectiva, muchos se preguntan por qué empezar por la tercera entrega de Metal Gear Solid (y quinta de la saga), en lugar de irse a las anteriores, a Shadow Moses y más allá. Y lo cierto es que hay varios motivos para semejante decisión. Vamos a repasar las 5 principales razones que han llevado a Konami a decantarse por Big Boss.

En 2024 es el 20 aniversario del juego

El sector del videojuego tiene la fea costumbre de no acordarse de sus mayores y no siempre ha celebrado como es debido sus aniversarios y fechas más especiales. Pero ese es precisamente el primer motivo por el que la decisión de Konami es perfecta, porque en 2024 se cumplirán 20 años del lanzamiento de Metal Gear Solid 3: Snake Eater (bueno, en Europa 19, para que engañarnos, que aquí llegó en marzo de 2005).

En fechas así siempre proliferan los reportajes sobre lo que supuso, las efemérides en redes sociales y las iniciativas para darle otra vuelta y compartir los recuerdos personales de cada uno con el juego. Ahora todos estos actos se verán acompañados de un remake que facilita volver a él y ofrece nuevo alicientes tecnológicos. Es decir que gracias a esta versión, el año en que más querríamos rejugar Metal Gear Solid 3 será precisamente el año en que en mejores condiciones podremos hacerlo.

Metal Gear Solid 3: Snake Eater
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Es una precuela perfecta para adentrarse en la saga

La historia de Metal Gear Solid nunca ha llegado a ese límite del entendimiento humano alcanzado por sagas como Kingdom Hearts, pero no deja de ser un galimatías importante. En ella, Hideo Kojima bucea en la guerra, la geopolítica y los nuevos órdenes globales, pero lo hace a tal profundidad que a veces abruma y hace difícil subirse al carro cuando el tren ya está en marcha. Por suerte, Metal Gear Solid 3 es una de las mejores puertas de entrada a la franquicia, pues su historia es una precuela del resto de entregas y no exige ni supone información previa a los jugadores.

Aunque cuenta con todos los nostálgicos que iremos como una mente colmena a comprarlo, al resucitar la IP, lo más probable es que Konami también quiera atraer a una nueva audiencia, llegar al público que desconoce Metal Gear Solid y que seguramente le de una oportunidad después de tantos gritos histéricos como despertó en el PlayStation Showcase. Por eso, como decimos, no hay mejor puerta de entrada. Existen referencias y guiños que sólo quienes hayan probado los anteriores apreciarán, pero en líneas generales, para disfrutar de Snake Eater sólo se necesita un máster en historia de la Guerra Fría.

Metal Gear Solid 3: Snake Eater
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Jugablemente fue y sigue siendo una revolución

Muchas de las cosas que hoy día asociamos a la saga nacieron (o terminaron de florecer) en Metal Gear Solid 3: Snake Eater. Pensamos que el camuflaje siempre estuvo, pero vino de aquí. ¿La cámara libre sin la que hoy no seríamos personas? De la versión Subsistence. ¿Afrontar los niveles de varias formas, con varios caminos y estrategias? No es cosa de The Phantom Pain, sino de esta entrega. Incluso hubo ideas que desgraciadamente no se recogerían en el futuro, como aquel fascinante “simulador de supervivencia” que nos invitaba a cazar animales salvajes y tener que comer para no morir de inanición, o lo de curarnos de diferentes maneras según la herida que se nos había provocado.

Y eso sin hablar del repertorio de trajes, de la evolución del CQC (al fin y al cabo aquí combatíamos con su creadora) y de ese abanico de jefes finales al que sólo se equipara el primer Metal Gear Solid. Metal Gear 3 fue Kojima y su equipo en ebullición, en plena efervescencia, en su cenit. Eran decenas de ideas y planteamientos que la hacen una de las entregas más atractivas y completas, perfecta tanto para captar a nuevos públicos como para devolver a los más experimentados a las raíces de todo.

Metal Gear Solid 3: Snake Eater
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A medio camino entre el más fácil de hacer y el más necesario

Sabemos que muchos de vosotros soñabais con el remake del primer Metal Gear Solid (y hasta fantaseabais con que corriera a cargo de Bluepoint Games). Es normal, el original es de 1998 y es el que más retoques necesita (no solo gráficos, sino también jugables). Ya ni hablemos de las viudas de los Metal Gear de 1987 y 1990. Pero quizás sean casos más sensibles y operaciones más arriesgadas. Konami querrá tantear antes en qué desarrolladoras confiar y si existe un público para ello.

Ojo, eso tampoco quiere decir que opte por la vía fácil. Si lo hubiera hecho se habría confirmado con los nuevos remasters, con la Metal Gear Solid: Master Collection. O podría haber colado, en esta época de remakes innecesarios, una versión pasada de vueltas de Metal Gear Solid 5 (o peor, de Metal Gear Survive). La elección de Snake Eater se antoja el punto intermedio entre dificultad y necesidad. Claro que un lavado de cara sentará bien y es necesario, pero a nivel jugable ha envejecido lo suficientemente bien como para permitir a Konami ser más comedida en los cambios (¿de gunplay quizás?) y así centrarse en lo técnico. Si tiene éxito ya habrá oportunidad de ser más arriesgados.

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Porque es el mejor de la saga

Y la última razón es la más obvia, la más evidente. Porque es una obra maestra y punto. De hecho, fue votado por la redacción de MeriStation como el mejor Metal Gear Solid cuando elaboramos el top 10 de la franquicia. Hemos dicho que su historia es una precuela, pero no que también es una de las mejores escritas que jamás ha visto este medio. Con un final que aún provoca que se nos empañen los ojos y un personaje (The Boss) sobre el que se han escrito grandes artículos. Hemos hablado de sus cambios jugables, pero no de que cómo alumbraron el camino a seguir para las siguientes entregas y para el género del sigilo en general. Mencionamos su acabado gráfico, pero no hemos reconocido que llevó al límite a PlayStation 2, siendo la tecnología lo único que en su día impidió a Kojima y su equipo ir todavía más allá.

Metal Gear Solid 3 es uno de esos juegos que te dejan un vacío existencial tras terminarlo. Que te hacen replantearte lo que puedes esperar de este medio. Que empujan a todos los demás a ser mejores. Un rara avis, una joya, un juego tan bueno como para perdurar en nuestra memoria durante 20 años y como para no necesitar explicación alguna en caso de que se anuncie su remake. Ojalá esté a la altura.