Las secuelas en The Legend of Zelda: ¿cómo será Tears of the Kingdom?

En The Legend of Zelda, no son pocos los juegos que se presentan como continuaciones directas de títulos previos de la saga. Aunque no es lo más habitual, lo cierto es que Nintendo ha buscado en ocasiones seguir el camino del éxito de un juego anterior para darle continuidad en una nueva propuesta. Será el caso de The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, que actuará como secuela de Breath of the Wild y que en los escasos vídeos y detalles que hemos visto del juego, ya se ha dejado claro que quiere seguir la estela conocida: desde el mismo estilo visual hasta herramientas (nuevas, pero que mantienen el hilo de lo que conocimos con los módulos de la piedra Sheikah), pasando incluso por temas de historia.

No es algo raro o inesperado, pero sí que nos abre una duda sobre cómo se va a afrontar una secuela de un juego del éxito y reconocimiento de Breath of the Wild. Seguramente solo hay un ejemplo que se pueda asemejar a este tipo de desafío: Majora’s Mask. El reto era mayúsculo: el título liderado por Aonuma y Koizumi debía conseguir dar continuidad al considerado mejor juego de la historia, Ocarina of Time. Así que decidieron hacer algo diametralmente diferente a lo que cualquiera podía esperar para sorpresa de todos.

Majora’s Mask actuó como secuela porque Link estaba de vuelta tras su gran aventura contra Ganon, y además se mantenían los elementos que se habían establecido en el juego anterior: desde el apartado gráfico hasta el tipo de control, mecánicas principales (salto automático, Z-Targetting, etc.) o la presencia de personajes que ya habíamos conocido. Pero ahí acababan las similitudes. La estructura del título, su desarrollo, las mecánicas añadidas para las mazmorras o incluso la interacción con lo que nos rodeaba eran diametralmente diferentes. De hecho, pocos juegos se asemejan a Majora’s Mask. No se buscó alargar el éxito y la épica de Ocarina of Time. Se buscó romper moldes con algo único.

A Majora’s Mask le pasó algo similar a lo que le pasó a Link’s Awakening, que continuaba los periplos tras A Link to the Past pero tomaba un camino muy personal, casi de autor. Juegos que son rara avis dentro de la saga, de los más queridos pero que buscaron sorprender con características impensables en sus predecesores. ¿Será este el caso de Tears of the Kingdom?

Ampliando lo conocido o reinventando nuestros recuerdos

La primera secuela de la saga fue Adventure of Link, pero no sería ese el caso de un buen ejemplo a seguir, ya que cambió la estructura, ritmo y características principales del juego y, además, no salió demasiado bien. Pero más tarde sí que hemos tenido algunas secuelas que han buscado otros caminos diferentes a los citados hasta el momento. Es el caso, por ejemplo, de Spirit Tracks, que como continuación (100 años después) de Phantom Hourglass, mantenía la estética y las características de control y mecánicas principales, pero fue mucho más certero a la hora de ampliar las posibilidades de juego, con puzles y acciones que explotaban más lo que su predecesor había presentado de forma algo simplista.

Es una manera de afrontar una secuela que nos encaja con lo que podemos ver en Tears of the Kingdom. Las bases están escritas y planteadas, también el tono, y ahora toca exprimirlo de nuevo con ideas renovadas. Pero también puede haber otra fórmula que funcione: A Link Between Worlds.

El título para Nintendo 3DS representaba una especie de continuación varias generaciones después de A Link to the Past, y aunque no se considera secuela directa, sí que tiene una idea que puede marcar el camino del nuevo juego de Nintendo Switch. Dicha entrega se ubicaba en el mismo mapa que A Link to the Past, misma perspectiva e incluso mismo concepto de mundo (dual). Las similitudes con Tears of the Kingdom parecen claras, ya que el juego previsto para mayo quiere desarrollarse en la Hyrule de Breath of the Wild, aunque ya se han encargado desde Nintendo de indicarnos que la presencia de islas en el cielo o incluso la opción de tener dos caras de un mismo mundo (al menos eso especulamos viendo los dos Link que van apareciendo en los vídeos) van a cambiar sustancialmente nuestra experiencia. Desde una perspectiva similar, lo que hagamos distinto en un sitio conocido (como ALBW) marcará el devenir de la nueva aventura. ¿O no es tan sencillo como pensamos?

Dijo Aonuma recientemente que Tears of the Kingdom tenía nuevas mecánicas que iban a cambiar el mundo del videojuego. Siendo como es poco dado a expresiones de este estilo, la sorpresa es mayúscula. ¿Puede Tears of the Kingdom reinventar la forma que tuvimos de explorar e interactuar con el mundo que vimos hace seis años en Breath of the Wild? Si a eso sumamos que Hyrule ha cambiado a nivel físico y visual, con nuevas localizaciones y nuevas maneras de afrontarlo, parece que sí, que estamos ante un tipo de secuela que no quiere romper vínculos con su anterior entrega (como a nivel de estructura o tono hicieron Majora’s y Link’s Awakening), pero busca reimaginar la experiencia de una forma novedosa. Y debe serlo lo suficiente para querer competir con el impacto y legado de Breath of the Wild, nada fácil.

Son muchas las incógnitas que tenemos con Tears of the Kingdom porque es poca la información y detalles que se nos han dado, pero saber qué tipo de secuela quiere ser es todo un enigma que de momento, no podremos responder. ¿Cómo esperas que sea el retorno de The Legend of Zelda en Switch? ¿Continuista y ampliando lo que vimos en Breath of the Wild? ¿Novedoso pero en la línea de su predecesor? ¿O algo totalmente diferente como ya ha hecho Nintendo en más de una ocasión? En mayo saldremos de dudas.