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Asus ROG Ally X, análisis, fecha y precio. Elevando una gran máquina a su mejor versión
La nueva máquina no cambia sustancialmente lo que ofrecía la primera, pero el conjunto de mejoras la convierte en la versión definitiva.
La tendencia de los ordenadores portátiles consolizados ya es imparable y una línea de negocio en el punto de mira de algunas de las principales casas del mercado. Nintendo marcaría un tanto el camino con el enorme éxito de su Switch, estableciendo la idea de que no había que resignarse a que el mercado portátil estuviera acaparado exclusivamente por tablets y móviles. Años más tarde, Valve, de forma sorprendente, abriría una dirección que nadie se esperaba: usando la versátil arquitectura alrededor del Zen 2 de AMD, lo transformaba en una máquina portátil de juegos basada en Linux y con un Sistema Operativo a la carta pensado alrededor de SteamOS. No es que fuera el primer ordenador pensado con ese formato de controles y pantalla incorporados, pero lo que se había hecho hasta ese momento era muy caro y muy minoritario, curiosiades exóticas como los GPD Win, alejadas de cualquier atisbo parecido a un mercado de masas. La Steam Deck no es que se compre en los supermercados con los tomates, pero demostró ser popular a nivel global, obligando a numerosas compañías de hardware a posicionarse, y rápido.
ASUS, como corresponde a una marca que está íntimamente relacionada con el videojuego en portátil, fue de las primeras que aceptó el reto. La Steam Deck fue anunciada en julio del 21 y lanzada en febrero del 22, así que hubo bastante tiempo para que otras casas tomaran posiciones, aunque está claro que no era una tarea sencilla. La compañía taiwanesa, siendo de las primeras que presentó batalla, no pudo hacerlo hasta el verano del 23 con su ROG Ally y otras muchas como Lenovo, MSI o Ayaneo presentaron sus alternativas antes o después. El espacio ha demostrado ser exitoso y repleto de potencial, motivo por el que estamos asistiendo ahora a su consolidación, con revisiones como la de Steam Deck OLED, o la conceptualmente similar que ofrece ahora ASUS en la forma de la ASUS ROG Ally X, la versión que nos atrevemos de tildar de definitiva antes de un cambio más profundo que llegue en años venideros.
Mejorando lo que ya era muy bueno
ROG Ally ya era una máquina excelente y muchos la consideran la mejor alternativa disponible a ordenador portátil consolizado en Windows. La ROG Ally X es una versión que mantiene la base y columna principal de esa máquina, por lo que el análisis en profundidad que hicimos en su día se mantiene vigente en más de un apartado. Pero al mismo tiempo, la versión X añade toda una catarata de elementos pequeños y no tan pequeños que redondea esta versión para hacerla la que consideramos que debería haber sido la versión original de la misma en su modelo Extreme (en una opinión bastante parecida de la que tenemos con la Steam Deck OLED), aunque entendemos que a nivel de coste/diseño es difícil acertar a la primera.
Primero, lo básico. La versión X usa de base el modelo Extreme del AMD Z1, con su ocho núcleos, 16 hilos y 24mb de caché, así que a priori no hay cambio de rendimiento en lo que es el corazón de la máquina. Sin embargo, se ha incrementado la cantidad de RAM de los 16GB hasta los 24GB, y además es una memoria más rápida. Que nunca se tiene suficiente RAM es un principio universal del videojuego en ordenador, pero este aumento se considera particularmente necesario para una máquina cuyo lema y principal atractivo es la posibilidad de jugar “a todo”. Algunos títulos como Alan Wake 2 o Avatar: Frontiers of the Pandora presentaban problemas en la Ally original, en buena parte porque ese pozo de 16GB entre RAM y VRAM empezaba a quedarse exiguo. La nueva X ofrece experiencias más sólidas con ellos, y en general, dando holgura al sistema para alcanzar una tasa de frames más estable. Es un muy buen cambio, acertado, aunque consideramos que la versión Extreme de la original, que se vendía por la nada despreciable cifra de 799€, quizás ya debería haber pensado eso en su día en vez de ofrecer lo mismo que la versión “básica”.
Por otro lado, el otro pilar de la ASUS ROG Ally, su magnífica pantalla, se mantiene tal cual y no tenemos nada que objetar al respecto. Sus 1080P siguen siendo quizás demasiado por lo que exigen en rendimiento para lo que es el tamaño de la pantalla, pero la alternativa serían los 720p o una resolución “rara” como los 1280x800 de la Steam Deck, que no casan bien con un equipo Windows en el que todo es más fácil con resoluciones comunes. Era imperativo cambiar la muy mejorable pantalla de la Deck original el cambio a OLED fue tan necesario como una bendición. Pero la ASUS ROG Ally no necesitaba cambio alguno, con una pantalla LCD de muy alto nivel equipada con FreeSync, 120Hz y 500 nits que es una de las mejores, sino la mejor, en una máquina de estas características.
Cambios aparentemente pequeños pero muy necesarios
Dejando al margen la mejora de la RAM, lo que el modelo X se ha centrado más en mejorar todo el conjunto de la experiencia a varios niveles. Era bien sabido que el principal talón de aquiles del ROG Ally X era su bateria, a todas luces insuficiente y en el vagón de cola de máquinas similares. Duplicándola de 40W a 80W no se obtiene el doble de tiempo, la escala no funciona así, pero ciertamente deja un periodo bastante más cómodo para disfrutar del juego sin estar pensando en la carga. Como siempre, no todos los juegos consumen lo mismo, y también dispone de varios perfiles predefinidos de carga para poder jugar un poco con ello, dependiendo de qué queramos hacer cada momento. En cualquier caso, para la potencia que tiene este portátil, podemos decir que ahora resulta competitiva. El precio a pagar es un peso ligeramente mayor para una máquina que no es que fuera un peso pluma, pero está dentro de unos márgenes en los que no se nota demasiada. Ambas versiones son relativamente pesadas pero cómodas.
Otro cambio importante que afecta a la calidad de vida alrededor del sistems es su disco duro, que pasa a 1 TB de PCIe, lo cual se agradece ya que los 500 GB se quedan muy cortos muy rápidamente, especialmente con el tamaño descontrolado de algunos juegos que son precisamente el objetivo de una máquina como esta. Además, el disco duro SSD es ahora un M.2 2280 a tamaño completo, lo que hace que sea mucho más sencillo y barato cambiarlo por uno de mayor tamaño si queremos invertir en ello. Junto a detalles como un mejor paso de aire y mejores ventiladores, se ha logrado que la máquina sea más eficiente y se caliente menos. Y hay detalles que pueden parecer menores, pero que se agradecen, como la inclusión de dos puertos USB-C, siendo uno de ellos además 4.0, con lo que significa eso en cuanto ancho de banda, velocidad de transmisión, capacidad de conectarlo a pantallas y capacidad de carga, ahora compatible con cargadores de 100W (que eso sí, tendremos que comprar nosotros si los queremos, ASUS sólo ofrece en la caja el estándar de 65W). Tener dos USB-C la hace bastante más versátil a la hora de darle diferentes usos, incluyendo el de equipo de sobremesa.
En cuanto a ergonomía y controles, la revisión es un completo triunfo. Las formas angulares de la primera pasan a una carcasa más amable y redondeada, con mejor sensación de agarre. Desde la disposición de los sticks, a la sensación de los mismos al tacto o los mismos botones, todo se siente mejor, más plantado y de mejor calidad. Eso incluye los botones superiores, con gatillos más grandes y más satisfactorios, que suponen una clara ventaja frente al diseño original. Se junta todo con un D-Pad cuya mejora resulta evidente desde el primer momento que se usa. Ya nos imaginábamos que ASUS no abordaría el tema de la ausencia de trackpads, un tema también descartado por fabricantes de equipos similares, lo que no acabamos de entender demasiado bien. Los trackpads de Steam Deck son una gran ayuda para hacer más viables ciertos tipos de juegos de gestión y estrategia, amén de ayudar en otros géneros como el de la aventura gráfica (además de ser fantásticos para cierto tipo de emulación). Es una pena que sólo Valve apueste por ellos, ya que juegos como el muy popular Rimworld se valen de ellos para crear una mejor experiencia, por poner un ejemplo. También importante mencionar una nueva localización para el lector SD, que tantos quebraderos de cabeza ha daodo en los modelos anteriores, algo que debería solucionar los problemas de sobrecalentamiento para las tarjetas.
La mayor debilidad de la ROG Ally es una de sus principales fortalezas
El elefante en la habitación a la hora de hablar de ordenadores consolizados portátilles en Windows es el hecho de, aunque la ventaja de poder hacer funcionar toda clase de juegos y software compatible es innegable, nada puede esconder que Windows 11 es un pésimo sistema operativo para “consolizarse”, especialmente con las nuevas obsesiones de Redmond por cuentas y conexión a internet. Esto no es culpa de ASUS, que hace todo lo posible a través de su software propio para enmascarar las obvias deficiencias de Windows a la hora de ser gestionado sin teclado y con un stick a modo ratón. La pantalla táctil es una bendición muchas veces en estos menesteres, pero incluso con ella hay veces que resulta exasperante dentro de la experiencia general. Es cierto que para muchos usuarios tipo de esta clase de máquinas, ésta se convierte en un vehículo para jugar a ciertos tipo de juego de largo recorrido tipo Call of Duty, FIFA, Destiny 2 o similares, por lo que no tienen que lidiar mucho con el sistema operativo. Pero a poco que se trastee con cierta regularidad, las limitaciones son claras.
Como poseedores de una Steam Deck con SteamOS, y otra Steam Deck “desecrada” con Windows, somos muy conscientes de lo que supone tener un sistema operativo personalizado a los controles y características específicas de una máquina, y no tenerlo. La buena noticia es que es perfectamente viable hace que la Ally tenga un arranque dual, con distribuciones de Linux que pueden lograr para la máquina lo mejor de los dos mundos (recomendables distribuciones como ChimeraOS o BazziteOS). Al margen de esa, queda esperar a ver si Microsoft se decide a mirar con más atención este nuevo y prometedor sector de mercado, aunque sólo sea por miedo a que Valve siga haciendo crecer el mercado de máquinas Linux. Ya sea con una máquina propia, o pensando en una versión de Windows mejor pensada para estas máquinas (o las dos cosas de la mano), sería un paso importante de cara al futuro de un sector que consideramos que va a ganar más y más adeptos con el paso del tiempo.
Y hablando de “debilidades”, lo del sistema operativo puede ser mejorable, pero lo que es el precio del equipo que ofrece ASUS no lo es. 899€ es una auténtica pasada se mire por donde se mire. Sí, estamos hablando de tope de gama, y a buen seguro que el precio esté más que justificado por el hardware que lleva la máquina en su interior, pero eso no va a hacer aparecer 900€ de nuestros bolsillos.
Vale, muy bien todo ¿Cuál me compro?
La pregunta del millón. Vamos a acotar la pregunta a las distintas ROG Ally y a Steam Deck, pues consideramos que son las más destacadas dentro del espacio y las que han sumado actualizaciones recientes, sin desprecio de otras buenas alternativas como Lenovo Go.
Primer supuesto, ¿tienes una ROG Ally ya y estás pensando en actualizar?
La Ally X nos parece una gran mejora en todos los sentidos, pero la actualización no es baladí para el bolsillo. Incluso aunque pudieras colocar una Ally por 400-500€, todavía habría que poner casi el doble para acceder a la X y todo para una mejora que no es un cambio de arquitectura ni una nueva generación. Si tienes una Extreme, quizás merezca la pena aguantar con ella un tiempo.
Segundo supuesto, quieres entrar en el mundo de los ordenadores portátiles consolidados ¿Es la ROG Ally X una buena opción?
Sin duda, puede que incluso la mejor. Es cara, pero a falta de saber cómo afecta su salida a los precios de las opciones originales, nos costaría recomendar gastarse 700€-800€ en una ROG Ally Extreme teniendo el modelo X al lado. La ROG Ally X se nos antoja como la mejor de las máquinas disponibles bajo Windows y es la opción más recomendable si quieres invertir en este espacio concreto.
¿Steam Deck OLED o ROG Ally X?
Aquí ya hablamos de conceptos muy distintos. El enfoque de Valve nos parece el más adecuado y el más competitivo en cuanto a precio. El apostar por un sistema operativo a la carta es la mejor opción para una máquina de estas características, pero tiene las limitaciones obvias de la compatibilidad. Por mucho que Valve esté haciendo al respecto, y mucho está haciendo, la realidad es que hay numerosos juegos que no son compatibles con SteamOS, algunos de enorme importancia, y no lo van a ser en mucho tiempo, o quizás nunca. Steam Deck tampoco ofrecer soporte nativo con PC Game Pass, uno de los servicios más interesantes para una ROG Ally (que, siendo consciente de ello, llega con tres meses de suscripción al servicio). Además, es más fácil hacer que una ROG Ally X tenga arranque dual Window/SteamOS que hacer lo propio con una Steam Deck (Valve dijo que iba a abordarlo, pero sabemos que el tiempo para la compañía de Bellevue es un concepto relativo) y está el hecho innegable de que el ROG es un hardware más potente y, por lo tanto, más versátil. Hay que saber bien qué uso se le va a dar, qué juegos interesan tener disponibles para llevarlos contigo a todas parte y, por supuesto, ver qué presupuesto tienes. Y entonces decidir.
Conclusiones
Nos ha gustado mucho todo lo que ASUS ha incorporado alrededor de esta revisión de la consola, especialmente porque sentimos que la compañía taiwanesa se ha tomado en serio este espacio y ha mejorado su producto en toda clase de detalles que una compañía con menos interés hubiera ignorado. El precio es elevado, pero no nos cabe duda de que el precio está justificado por el hardware que compramos. La mayor debilidad de la ROG Ally X sigue siendo la misma que los modelos originales: Windows 11, a la espera de que Microsoft nos ofrezca una mejor alternativa (cosa que esperamos que haga más pronto que tarde y que sería un gran espaldarazo a un espacio pujante como este, lleno de posibilidades de futuro). Pero al margen de eso, nos encontramos ante una gran máquina, seguramente la mejor que hay ahora mismo dentro de las que hay orientadas a Windows, y no dudamos de que dará muchas alegrías a todos los que se la puedan permitir.
La máquina está disponible en pre-compra dentro de la tienda de ASUS, a un precio de 899€, con una fecha aproximada de entrega para el 26.07.2024.