‘The Acolyte’ tiene este problema en común con otras series de ‘Star Wars’

No es un secreto que ‘The Acolyte’ me ha gustado. Lo reflejé en mi primera crítica de MeriStation —la de los dos primeros episodios— y lo he reiterado tanto en la revista como en las redes sociales. Eso me ha costado unas cuantas polémicas y cientos de mensajes de odio en Twitter. Que si Disney me ha pagado cheques, que si soy un degenerado, que si contribuyo a destruir sagas famosas (como si yo tuviera ese poder, que va a ser que no)... “Ser feminista, afrocentista y/o pro LGBT es de las minorías ruidosas y berrinchudas”, me escribían. Uno se queda espantado al vislumbrar el estercolero en el que se reboza parte de la sociedad, aferrada al insulto y al miedo a lo diferente. Una vez limpiada toda esa mierda y despojados del chillido constante es posible valorar el producto desde un punto de visto crítico. Y llego a la conclusión de que en Lucasfilm tienen un problema con sus producciones.

Porque no, ‘The Acolyte’ dista mucho de ser perfecta. El montaje, algunas de sus tramas y ciertas decisiones de guion enturbian un producto que sí goza de puntos positivos. El maestro Sol, fantásticamente interpretado por Lee Jung-jae, es uno de los personajes de ‘Star Wars’ que más me han gustado de los últimos años. Sus dinámicas con su pasado trágico y la representación de la dicotomía de la Orden Jedi demuestran que uno puede aspirar y anhelar el bien, pero hacer justo lo contrario. Ocurre algo parecido con Vernestra Rowh y su antiguo aprendiz, el Sith Qimir, que por cierto, es un gran villano: atractivo en lo visual, misterioso y con la debida complejidad. Las batallas con sables de luz son las mejores que se han hecho desde las precuelas y el desenlace abre las puertas a un desarrollo muy interesante. Pena que se haya cancelado (¿está bien usar ese término cuando nunca se anunció una segunda temporada?).

Por qué ‘The Acolyte’ no luce como una serie de millones de dólares

Pero esta luz no lo cubre todo. No sé qué ocurre en Lucasfilm, pero le cuesta que sus producciones no se vean como de cartón piedra. Al principio creía que se trataba de un problema relacionado con Stage Craft, la tecnología de Lucasfilm con la que han rodado ‘The Mandalorian’, ‘El Libro de Boba Fett’, ‘Obi-Wan Kenobi’ y ‘Ahsoka. La herramienta es maravillosa cuando funciona, pero limita el espacio de trabajo y el tipo de planos que se puede usar. Por eso, a veces da la sensación de que la secuencia está encajonada, como si fuera el escenario de un teatro.

‘The Acolyte’ se ha rodado a la manera tradicional, sin Volume. Y sin embargo, ya sea por la fotografía o por otra cuestión —ahí se me escapa—, las sensaciones son parecidas a cuando Stage Craft no funciona. Algunos elementos se ven artificiales, como si fueran parte de un decorado. Para una serie que ha costado millones de dólares por episodio, es bastante irregular en lo visual.

No me malinterpretéis, la serie introduce planos bellos y una bonita cinematografía a ratos, pero por lo general hay cierta sensación de irregularidad. Supongo que a lo que quiero llegar es que Lucasfilm debería velar por unos estándares de calidad desde el principio de la producción. La distancia entre ‘The Acolyte’ y ‘Andor’, odiosas comparaciones, resulta especialmente palpable. A esto se le suma el componente narrativo, que traza una línea igualmente irregular y decreciente. Ya son muchos productos los que han tropezado en esa misma piedra. Y lo digo yo, que en mayor o menor medida los he disfrutado.

Leía en las redes sociales que cuando la película de ‘The Clone Wars’ llegó a los cines, los críticos la destrozaron y los seguidores soñaban con la muerte de Ahsoka. La Padawan de Anakin Skywalker es ahora uno de los personajes más queridos y la serie está en el top de productos audiovisuales de ‘Star Wars’. En el mundo contemporáneo todo ha de ser rápido e instantáneo, no hay espacio para el desarrollo ni para mejorar. Si George Lucas hubiera decidido tirar la toalla, Ahsoka Tano ni siquiera hubiera llegado a la acción real. Menos mal que decidió seguir adelante. ‘The Acolyte’ no parece que vaya a tener esa oportunidad.