Es hora de construir la industria de los videojuegos que queremos en el futuro

Despidos, cancelaciones, cierre de estudios... ¿Qué está pasando en la industria? Menos opacidad por parte de las compañías ayudarían a entenderlo.

Miles de despidos, decenas de proyectos cancelados y estudios cerrados... Estudios más o menos modestos como Supermassive Games (Until Dawn) o Deck Nine (Life is Strange: Before the Storm) se han visto afectados con “ajustes de fuerza de trabajo” -bonito eufemismo-, pero es que esta semana los despidos han golpeado también a los que considerábamos tres titanes de PlayStation Studios: Naughty Dog, Insomniac Games y Guerrilla Games. Si 2023 fue un año nefasto para la industria desde este punto de vista, 2024 empieza de manera prometedora -nótese la ironía, por favor- y apunta a ser aún peor. ¿Por qué hemos llegado a esta situación? ¿Realmente hubo una burbuja durante la pandemia que está explotando ahora? Ojalá fuera todo tan sencillo...

No hay una sola explicación a esta situación que si bien en cuanto a cantidad y calidad de videojuegos, es esplendorosa, no lo es tanto desde el punto de vista económica, que por desgracia, es el que manda. Lo más evidente, y esto no viene de la pandemia del Covid-19, sino de mucho antes, es que hay demasiada oferta y no tanta demanda. Cada mes, las plataformas digitales como Steam se inundan de cientos (CIENTOS) de nuevos lanzamientos: indies a 15 euros, grandes AAA a 60, decenas de ofertas cada fin de semana -no hablemos ya si recordamos las que se celebran en Halloween, con cada nueva estación...- Precisamente, cada uno de nosotros podría echar un vistazo a su biblioteca de Steam, y probablemente se encuentre un backlog -juegos pendientes- suficiente para los próximos 5 años, o más. A esto vamos a sumarle GOG y sus clasicazos a menos de 2 euros, el juego gratuito cada semana de Epic Games Store...

Y solo hemos hablado de PC, si echamos un vistazo al mercado de consola, el tema es parecido. Y hay un nuevo paradigma, los servicios de suscripción, que es evidente que no son rentables, y no hablo ya solo de PlayStation Plus o Xbox Game Pass. Solo tenemos que echar un vistazo a Netflix, Prime Video, Disney+... Los que no están implementando publicidad, están subiendo el precio, otros están adoptando ambas medidas... Parémonos a pensar lo ridículo que es el plan más caro de Netflix, que por casi 20 euros es el único que te ofrece 4K y HDR. Basicamente, lo que nos están diciendo es “paga más, o lo verás peor”.

Ninguno de estos servicios -de televisión, videojuegos, lo que sea- ha adoptado una sola medida pro-consumidor desde que ha visto la luz. Ninguno. Y esto solo es por un motivo, y es el que mencionaba antes: hay que sacar rentabilidad, la palabra de moda sobre todo desde que Hiroki Totoki, CEO de PlayStation, habló por primera vez. Estaba claro que sus palabras eran preámbulo de algo que se adivinaba no sería en absoluto positivo, pero probablemente lo peor esté por llegar, y hablamos de algo que hasta ahora podíamos considerar intocable: la calidad de los videojuegos.

El single player está de capa caída, cuanto antes lo asumamos, mejor. Y es una pena -no en vano he elegido cuatro de las grandes aventuras para un jugador para ilustrar este artículo-, pero es lo que nos dicen las cifras. Se nos llena la boca diciendo que los juegos single player aún son capaces de vender, pero no todos. Hablando de los lanzados en 2023, han sido exitosos Marvel’s Spider-Man 2, Star Wars Jedi: Survivor, y sobre todo, Hogwarts Legacy, teniendo todos ellos algo en común como es el estar basados en licencias popularísimas. Baldur’s Gate 3 es la excepción, siendo un éxito simple y llanamente porque es uno de los mejores juegos de la historia y tal vez mejor RPG de siempre. Pero no lo es Alan Wake 2, un juego soberbio que se la ha pegado.

Esto no quiere decir que los juegos para un jugador se vayan a terminar, pero sí que van a ser más comedidos. Seguramente PlayStation ya no esté dispuesta a crear un Horizon: Forbidden West, portento técnico y narrativo con muchas decenas de horas de juego y un mundo espectacular, ni un God of War Ragnarok de 30 horas, sino tal vez, no sé de la mitad, al estilo de las primeras entregas. Pero Sony lo ha intentado todo para alcanzar esa dichosa rentabilidad: subir el precio de PS Plus, subir el precio de los juegos, incluso despedir gente. ¿Qué queda? Hacer juegos más pequeños, que ojo, no necesariamente peores.

Otro ejemplo perfecto de la situación de la industria, y de lanzamiento suicida, es el de Skull & Bones. He podido dedicarle muchas horas y realmente me parece un juego más que digno, pero, ¿qué futuro tiene por delante? Sale en un mes de febrero en el que también aparece Final Fantasy VII Rebirth, pero en el que también ha llegado Helldivers 2, que vale, su éxito no lo veía venir nadie, pero después de todo, es a lo que está jugando todo el mundo. Los diez años de desarrollo de Skull & Bones han supuesto muchos millones de dólares de inversión que ni por asomo se van a recuperar. Y casos como este tenemos a decenas, auténticos agujeros negros de dinero, que sin ir más lejos, ha tenido Sony durante todos estos años en los que ha invertido en varios proyectos como servicio que han sido cancelados. En fin, dinero tirado a la basura, ni más ni menos.

Es un lanzamiento que me ha recordado a la antigua Ubisoft, una Ubisoft que lanzaba cada año un nuevo Assassin’s Creed y un nuevo Just Dance, vendía muchos millones de copias de cada uno, y se podía permitir crear una nueva IP. The Division, For Honor, Steep, Riders Republic, Watch Dogs... Pero todo ha cambiado, principalmente porque Assassin’s Creed Valhalla cuesta muchos millones más que Assassin’s Creed IV: Black Flag (por ejemplo), vende menos, y a un precio no lo suficientemente superior como para poder compensar esas ventas que se han perdido. Con lo cual, riesgos los justos, por eso Skull & Bones me ha parecido un lanzamiento valiente, aunque también tengo que decir que la línea que separa la valentía de la inconsciencia es muy delgada...

La industria necesita reinventarse antes de que la situación vaya a peor. Los desarrollos AA van a seguir yendo a menos hasta practicamente desaparecer, y solo se invertirán grandes presupuestos en proyectos de rentabilidad segura. ¿Se seguirá apostando por los juegos como servicio? No es fácil apostar por ello, ya que los fracasos -y el dinero que se llevan por delante- son bastantes más que los éxitos, y ahí tenemos a dos compañías que ya hemos mencionado y que nos podrían hablar de su propia experiencia: Sony (multijugador de The Last of Us) y Ubisoft (Hyperscape, Roller Champions).

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