¿Qué leo hoy?
Vagabond, el manga que acoge a los huérfanos de Lost Odyssey
Nuestra recomendación del día es Vagabond, el manga de Takehiko Inoue (Slam Dunk), mismo autor que diseñó a los personajes de Lost Odyssey, el mítico JRPG de Xbox.
Xbox nunca ha sido la cuna del género JRPG, para qué engañarnos, y no será porque Phil Spencer no se ha marcado viajes a Japón para hacer de relaciones públicas. Sin embargo, una de las obras más especiales del género durante la generación de Xbox 360 siempre irá asociada a la marca. Nos referimos a Lost Odyssey, aquel Final Fantasy que lo tenía todo para triunfar como tal, menos el nombre. De vez en cuando nos sorprendemos recordando el penúltimo gran proyecto de Sakaguchi, a quien su batacazo no le impidió regalarnos The Last Story tiempo después. Han pasado más de 15 años y seguimos pensando en los cuatro discos de la caja, la pose de Kaim en la portada, el logo de Mistwalker, la dificultad de sus jefes y lo maravilloso de aquel mundo preindustrial, de esas melodías con el sello (la batuta) de Uematsu y tamaña historia. Sobre todo en su historia.
No había nada especialmente rompedor en su premisa. Un hombre que ha olvidado sus recuerdos. Un ser inmortal que envidia lo efímero de nuestra vida y nos enseña a disfrutarlo y aprovecharlo. De hecho, lo que más se le achacó a Lost Odyssey en su día era lo oxidado de sus mecánicas, de JRPG clasicón clasicón en una época en la que hasta Final Fantasy se reinventaba con los gambits y el Active Dimension Battle de Vaan, Penelo y compañía. Pues bien, con la historia de Lost Odyssey ocurría lo mismo. Era tradicional hasta decir basta. Y aunque rica a muchos niveles, lo que más llamaba la atención eran ciertos relatos secundarios que escondía y que nos presentaba como si de un libro se tratase. Anestesiaba el ritmo hasta dejarlo comatoso por medio de páginas en blanco que se iban rellenando de tantas letras, líneas y diálogos como una novela, y de vez en cuando con algún dibujo. Todo ello sin relación directa con lo que hacíamos antes de abrir semejante PDF / Power Point. Parecía de todo menos aconsejable para un medio interactivo como es el videojuego, pero fíjate tú que es lo que perduró.
Todos estos relatos formaban parte de una narración conjunta llamada Mil Años de Sueños, cuyo éxito fue tal que los fans hasta los recopilaron y editaron en la red. Independientes y autoconclusivos, en ellos se nos contaban las emotivas peripecias de Kaim durante su deambular inmortal. Raro era quien escapaba de ellos sin derramar una lágrima. El caso es que nuestra recomendación del día va dirigida a todos los que habéis sentido familiares estas líneas, para todos los que aún os dejáis abrazar por la nostalgia y añoráis Lost Odyssey, Porque hoy venimos a aconsejaros llenar ese vacío en vuestro corazón con Vagabond, el manga de Takehiko Inoue (del que seguramente también os suene esa otra saga suya, Slam Dunk, igual de imprescindible). El lazo que une ambas obras salta a la vista. Al ver la portada de sus tomos (37, editados por Ivrea en España), el déjà vu es inevitable. Espera... ¿ese no es Kaim? Pues no, no lo es. Se trata de Musashi Miyamoto, un personaje completamente diferente cuyo parecido se explica por la mano que elaboró sus trazos, la de Takehiko Inoue, la misma persona que concibió a Kaim.
Efectivamente, Vagabond está escrito y dibujado por la misma persona que diseñara los personajes de Lost Odyssey, lo que nos hace sentir a sus huérfanos como en casa. Pero las semejanzas no acaban ahí. Si el juego narraba la historia de un personaje lacónico e inmortal que se dedicaba a viajar sin destino (o en busca del origen del viento, como decía uno de sus relatos), el manga cuenta algo similar. Está basado en un clásico de la literatura japonesa (la novela Mushashi de Eiji Yoshikawa, de carácter biográfico) y habla de un joven que sobrevivió a la terrible batalla de Sekigahara, tras la cual, derrotado y sintiéndose un fracasado, decidió viajar por todo el país como un vagabundo. Un camino a lo largo del cual lucharía contra sí mismo, contra sus dudas y contra ese pasado que le atormenta, mientras aprende a dominar el arte de la espada a base de grandes esfuerzos y sacrificios, forjando poco a poco una leyenda a su paso.
El dibujo de Inoue tiene una fuerza pocas veces vista en el medio, sin tabúes ni miedo a la sangre, los desnudos y lo explícito de un mundo salvaje y cruel. Su ambientación, basada en hechos reales, nos habla de una Japón que realizaba el trasvase del período Sengoku al Edo, y lo hacía temerosa y errática, como el mundo de Mistwalker. Pero ante todo, el periplo de Musashi se ve aderezado por emotivas historias a su alrededor que evocan a Mil Años de Sueños. Un viaje sin fin en el que uno, curiosamente, puede encontrar el destino que buscaba tras la peregrinación eterna a la que nos condenaron Sakaguchi y Lost Odyssey.
¿Por qué leerlo?
¿Dónde encontrarlo?
En cualquier librería con sección de manga. Los 37 tomos de la serie están editados por la editorial Ivrea en torno a los 8 euros. Por su parte, tenéis Lost Odyssey de oferta en la Xbox Store (es retrocompatible) por 6,24 euros.
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