PlayStation vivió el momento más crítico de su historia y estuvo a punto de pagarlo caro: así es como revirtió la situación

30 años de PlayStation. 30 años de consolas y de videojuegos, de aciertos y de algún que otro error, de momentos para el recuerdo y de conferencias ya olvidadas. Sony irrumpió en el mercado de los videojuegos con su primera consola, una máquina destinada a competir contra Sega Saturn y Nintendo 64. Tras el triunfo de NES y SNES, los de Kioto estaban seguros de que eran imbatibles, pero la arrogancia puede ser peligrosa, porque subestimar al rival a veces trae consecuencias desastrosas. PlayStation barrió a la 64 bits de Nintendo y PlayStation 2 se convirtió en la consola más vendida de la historia. Ante esa situación, Sony arrebató la chaqueta de la arrogancia a Nintendo y la vistió durante tiempo.

Estaban convencidos de que PlayStation 3 iba a arrasar fuera como fuera, creyeron que nada de lo que hicieran les penalizaría, pero la realidad no siempre es como uno imagina. Microsoft se adelantó a Sony y lanzó su Xbox 360 un año antes y a un precio muy competitivo: el modelo básico sin disco duro costó 299 euros, mientras que la edición con disco se comercializó a 399 euros. “La nueva generación no empezará hasta que nosotros digamos”, dijo el directivo Kaz Hirai en el E3 2006. Evidentemente, para entonces ya había comenzado, lo quisiera Sony o no. La consola no llegó a Europa hasta 2007 y se comercializó a 599 euros, un precio que los consumidores no estuvieron por la labor de pagar.

El descalabro inicial de PS3

La generación empezó mal para PlayStation 3, pero la compañía no tardó en reaccionar. Reconoció que el precio era demasiado alto y anunció una rebaja de 100 euros para el modelo de 60 GB. Además, desveló un nuevo modelo de 40 GB que costó 399 euros, una rebaja de 200 euros que vino acompañada de un pequeño gran pero: la consola perdió su retrocompatibilidad con PS2. Otro de los problemas de PS3 era su arquitectura, que puso las cosas difíciles a los desarrolladores, lo que provocó asimismo que muchos juegos multiplataforma funcionaran mejor en Xbox 360. A eso hay que añadir la aparición del fenómeno Wii, una máquina que apuntó a un tipo de consumidor más casual. La propia Sony trató de atraer a ese tipo de público con productos como PlayStation Move, una tecnología parecida a los mandos Wiimote que sigue funcionando en sistemas actuales (la VR le dio una nueva vida).

Al final, PS3 vendió parecido a Xbox 360. De hecho, superó sus cifras por muy poco (87,4 millones de unidades frente los 86 millones que vendió la máquina de Microsoft). Wii, sin embargo, superó la barrera de los 100 millones. En la siguiente generación, los de Redmond tropezaron estrepitosamente y Sony aprovechó la situación para construir la consola deseada por los fans: retrocompatible, económica y con una arquitectura más manejable. Xbox One incluía un polémico sistema de licencias que indignó a los jugadores, así que Sony publicó un vídeo en el que enseñaban cómo se compartirían los juegos físicos en PS4: darle el disco al amigo e introducirlo en su consola. Fin.

Sigue el canal de MeriStation en Twitter. Tu web de videojuegos y de entretenimiento, para conocer todas las noticias, novedades y última hora sobre el mundo del videojuego, cine, series, manga y anime. Avances, análisis, entrevistas, tráileres, gameplays, podcasts y mucho más. ¡Suscríbete!