Embracer cierra otro estudio y Alone in the Dark sigue siendo una franquicia maldita en el videojuego

El Grupo Embracer sigue sangrando por sus heridas y se cobra una nueva víctima después de miles de despidos, decenas de proyectos cancelados y de ser responsables de la desaparición de nombres ilustres del videojuego como Volition y Free Radical. A su lista de cadáveres se les suma ahora el estudio sueco Pieces Interactive, que llevaba en activo desde 2007 y había logrado una sólida trayectoria con juegos como Robo Surf, Puzzlegeddon y varias expansiones para Titan’s Quest. Su último proyecto había sido una ambiciosa apuesta por revitalizar Alone in the Dark, que al parecer no ha cumplido las previsiones de venta y ha precipitado el cierre del grupo. Una nueva pérdida en lo que están siendo unos meses auténticamente desesperanzadores para la industria del videojuego.

El nuevo Alone in the Dark fue recibido con variedad de opiniones desde la crítica especializada. Su media en Metacritic fue de 63, con una gran variedad de notas desde el 90 al 20, mientras que el voto del público sería más favorable, con un 75 de media que, por otro lado, coincide con la nota de nuestro análisis, en el que fuimos generalmente favorables a lo que estaba intentando el estudio sueco: “la franquicia Alone in The Dark vuelve por la puerta grande, con una reimaginación del clásico de 1992 que iniciara la franquicia y sentara las bases del survival horror años antes de que la saga Resident Evil lo popularizara. Se apuesta aquí por un fuerte aroma clásico y de vuelta a las raíces del género, con una mansión que explorar, buscando llaves, objetos y resolviendo puzles muy tradicionales”.

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Una saga que se resiste a vivir

Alone in the Dark es un gran clásico del videojuego y la fuente de la que bebieron otros clásicos de lo que se dio por conocer como Survival Horror. Es, por ejemplo, la gran inspiración de Resident Evil, aunque Capcom lo negara durante años e incluso llegara al punto de llegar a un acuerdo comercial con Infogrames para omitir la influencia de la obra de Frédérick Raynal, algo que el propio Shinji Mikami reconocería una vez que salió de la compañía de Osaka. Sin embargo, su status de juego de culto no le ha valido la oportunidad de convertirse en una franquicia con continuidad en el tiempo. De hecho, es ya el tercer intento de traerla de vuelta y en todos los casos no sólo no se ha logrado sino que los estudios responsables han acabado cerrando. En 2001, Darkworks lanzaba The New Nightmare, un ambicioso reinicio que buscaba poner la serie en el lugar que le correspondía ante el éxito del concepto; sería bien recibido, pero no tendría continuidad y el estudio se puso a otras cosas como Cold Fear y I Am Alive hasta su cierre en 2011. En 2008 lo intentaba otro estudio francés, Eden, que cambiaría el intimismo habitual de la saga por una trama de más octanaje que, sin embargo, sufrió en su estreno por ciertos problemas técnicos. El estudio cerraría en 2013 y reabriría el mismo año para centrarse en juegos de conducción para móviles y Switch. Este era el tercer intento de revitalizar el nombre, que nuevamente parece que caerá en saco roto.