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Análisis del DLC de Alan Wake 2: Night Springs, el nuevo chiste de Remedy
La primera expansión del juego viene con tres niveles cortitos y de calidad dispar en los que manejamos a Rose Marigold (la camarera del Oh Deer Diner), Jesse Faden (Control) y Jack Joyce (Quantum Break).
Con los DLC y las expansiones ocurre lo mismo que pasaba en su día con el cómic y la novela gráfica. Ambas cosas son lo mismo, pero hay un término que tiene más lustre que otro. En el caso del noveno arte existe toda una historia de elitismo y censura detrás, mientras que en los videojuegos se debe a que resulta complicado explicar que Alan Wake 2: Night Springs y Elden Ring: Shadow of the Erdtree sean lo mismo. Ambos contenidos son como la noche y el día y el primero nos recuerda que, por más simpáticos que nos caigan Sam Lake y Remedy, los fineses toman de vez en cuando muy malas decisiones.
A veces es un proyecto equivocado como CrossfireX. Se entiende. A todos nos pasa. En otras ocasiones son prácticas algo más difícil de justificar. Como lo de no lanzar Alan Wake 2 en físico de salida para vender dos veces el juego a tus seguidores. Y en el caso de Night Spring, las dos afirmaciones le pegan. Por un lado es un DLC que apunta a una serie de bromas a menudo sin demasiada gracia y, por otro, no se vende suelto y te obliga a comprar por 20 euros el pase de temporada que lo incluye. Estamos ante una ‘expansión’ de 2 horas que no aporta demasiado a la experiencia y que aún resultando soporífera a los mandos, al menos te saca un par de sonrisas con sus chistes e ideas.
Night Springs, o como se conoce en España, La Noche Se Levanta, es un DLC compuesto por tres episodios independientes en los que manejamos a tres personajes distintos del universo Alan Wake. Cada capítulo dura unos cuarenta minutos y recicla un par de escenarios del juego original. La mecánica de los tres es la misma: avanzar por zonas lineales arrasando a todo enemigo que veamos con armas que parecen ametralladoras y munición infinita. Lo de la linterna ya ni hace falta en según qué capítulo. ¿Cómo? ¿Que eso no suena a Alan Wake? Efectivamente.
Adiós a cualquier atisbo de terror, a la tensión de sus tiroteos y a cualquier trama y diseño de niveles que invite a explorar y hacer pesquisas. Como decíamos, esto son tres chistes. Entre combate y combate hay un puñado de cinemáticas con momentos de lo más surrealistas que tratan de compensar las carencias jugables con una buena dosis de originalidad y estupidez (dicho en el mejor de los sentidos). Son simpáticas e inofensivas, pero también se les hacen largos los 40 minutos que duran y parecen un salvoconducto para que Remedy gane algo de tiempo hasta la expansión de verdad, la de finales de año, La Casa del Lago.
El primer episodio, ‘Fan número uno’, nos pone en la piel de Rose Marigold, la camarera del Oh Deer Diner enamorada del pobre Alan. Rose tiene una visión del escritor en apuros y decide sacar la escopeta que tiene en la trastienda y echarse al bosque en busca de su querido Stephen King. Por el camino se encuentra con el Sr. Scratch y se ven obligada a luchar contra varias hordas de monstruos para imponer sus deseos y sentimientos.
Es el más aburrido de los tres y es una lástima porque empieza siendo la mar de divertido y acaba con un par de peleas cuanto menos curiosas. Lástima eso, que en medio haya media hora de deambular por caminos manteniendo pulsado el gatillo y sin tensión ni interés alguno.
El segundo episodio se llama ‘Estrella Polar’ y nos pone a los mandos de Jesse Faden, la protagonista de Control. Se desarrolla en Coffe World, el parque de atracciones que visitábamos durante la historia de Alan Wake 2 y donde Jesse acude en busca de su hermano. Allí no topa con nada que le permita avanzar su propia trama, pero se da de bruces con una desternillante secta de adictos al café y con una serie de pruebas para llegar hasta la mente maestra detrás de todo.
Es más entretenido, tiene más puzles y exploración que acción, y se siente como un nuevo y genial vistazo al multiverso de Remedy, pero queda la sensación de que termina donde debería empezar. Cuando despega es cuando saltan los créditos. Además, creemos que hubiera ganado entero si hubiéramos jugado con los poderes de Jesse y no con la linterna y pistola. Pero en fin, al menos resulta más entretenido que el anterior.
Por último tenemos ‘Destructor del tiempo’. Es la joya de la corona, la guinda del pastel. Un episodio en el que Remedy parece marcarse su propio Kentucky Route Zero y va dando saltos de un género a otro. A veces es un juego de acción en tercera persona, como el propio Alan Wake, otras una visual novel y en ocasiones se convierte en un shooter de supervivencia en 2D y hasta en una aventura de texto. Encima la historia es fascinante y permite encajar Control y Quantum Break en un mismo universo (a su loca y rocambolesca manera). Porque sí, está protagonizado por Jack Joyce, el protagonista de Quantum Break, y aporta lore de lo más interesante.
Este episodio es una continua caja de sorpresas y es una lástima que no sea un poquito más largo y profundo. Ojalá hubiera sido como uno de los episodios de Kentucky, mismamente. Al final se queda como un cajón de sastre y como un experimento que condensa todo el talento de Remedy en 40 minutos. Da ganas de rejugarlo y debatirlo. Da ganas de un juego base sólo de esto.
Resumiendo, este primer DLC de Alan Wake 2 parece una maniobra de distracción para ganar tiempo hasta la segunda expansión. Ofrece tres relatos independientes sobre personajes secundarios del universo Alan Wake y apenas dura dos horas. Es casi como cobrar por niveles descartados o por mostrar bromas internas de la desarrolladora. Porque son eso, un puñado de chistes de calidad muy dispar que reciclan por doquier y en ningún caso tan inspirados como el capítulo del baile en la aventura original. Aún así resultan made in Remedy. Alocados, originales y seguro que simpáticos para los fans del juego. El tercero de ellos hasta tiene su aquel y merece un vistazo, aunque no deja de ser café para muy cafeteros.
- Acción
- Aventura
Alan Wake 2 es un juego de terror y supervivencia en forma de aventura de acción a cargo de Remedy Entertainment y Epic Games Publishing para PC, PlayStation 5 y Xbox Series con una atmósfera asfixiante y una trama retorcida, profunda y de gran carga psicológica que continúa la historia del galardonado thriller de 2010, Alan Wake.