Aaron Paul tira de la manta y carga contra Netflix por la película de Breaking Bad

Cero patatero. Nada. Rien de rien. Si alguien se pregunta cuánto ha ganado Aaron Paul por la película de Breaking Bad desde su estreno en Netflix, la respuesta es esa: poco más que un agujero en el bolsillo. El actor de Jesse Pinkman cobró por su actuación, pero una vez se estrenó ‘El Camino’ en Netflix, no ha visto ni un dólar por royalties. Así lo ha anunciado él mismo desde la huelga de actores y guionistas que sacude Hollywood estos días, y en la que se le ha visto protestar por sus derechos.

“Para ser honestos, no he ganado ni un centavo de Netflix por hacer ‘Breaking Bad’, y eso me resulta una auténtica locura. Las series viven para siempre en las plataformas de streaming, y entiendo que su popularidad va por rachas, pero el otro día vi que ‘Breaking Bad’ volvía a ser trending en Netflix y creo que esto es de sentido común. Las plataformas son conscientes de que se están saliendo con la suya al no pagar a la gente y es hora de pelear contra ello”.

Los motivos de la huelga: la IA y el streaming

La queja de Aaron Paul es una de las dos grandes demandas de actores y guionistas en esta huelga. Las plataformas de streaming no pagan los derechos de autor y las regalías que se han venido pagando tradicionalmente en cine y televisión por cada emisión de una misma obra, pues funcionan de un modo distinto (son contenidos a disposición, no programados). Al tampoco compartirse del todo los números de espectadores y visionados, no sé sabe cuánto generan por cada producto, en lo que se han venido excusando para el nulo reparto de beneficios. Muchos creen que ha llegado la hora de ser transparentes y regularlo.

Y además de los derechos de streaming, el otro foco de conflicto es la incipiente amenaza de la IA para la profesión. En los últimos meses hemos ido viendo cómo han proliferado los bots y las inteligencias artificales que cogen los guiones originales de series como ‘Seinfeld’ y crean a partir de ellos capítulos nuevos, aleatorios e infinitos de manera gratuita y sin permiso de los autores.

El WGA (Writers Guild of America) exige por tanto “que se regule el uso de la inteligencia artificial” y prohibir que la inteligencia artificial pueda reescribir ningún material de los guionistas o ser entrenada a partir de trabajos previos para imitar un estilo y crear textos nuevos con él. Los principales estudios de televisión se han negado a la demanda y hasta han rechazado la contra propuesta del sindicato que consistía en hacer “reuniones anuales para discutir los avances en la tecnología”, así que veremos en qué acaba esta huelga histórica.