127 Horas, James Franco en una de las escenas más desagradables de la historia del cine

Últimamente el género del gore se ha popularizado hasta tal punto que es capaz no ya de reunir a miles de aficionados frente al televisor para “disfrutar” de películas explícitas, sino también han podido traspasar los límites convirtiéndose en éxitos comerciales. Hablamos de cintas como Terrifier 2, por ejemplo, pero la realidad siempre supera a la ficción, y por eso hoy venimos a hablar de 127 Horas, la película de supervivencia extrema protagonizada por James Franco.

En 127 Horas, Franco interpreta a Aron Ralston, un montañero que tuvo que sufrir un auténtico calvario para poder sobrevivir a un accidente. Ralston viaja en bici a unos cañones situados en el estado de Utah, preparado para pasar un agradable día de aventura, pero todo se tuerce hasta un punto insospechado. Después de conocer a dos agradables chicas, interpretadas por Kate Mara y Amber Tamblyn, Ralston se adentra por un paso estrecho, sufriendo un accidente al caer una roca y quedar su brazo derecho atrapado entre ella y la pared del cañón.

Su primera reacción tras pedir ayuda y no recibirla es intentar talar la piedra, pero no tarda en descubrir que va a ser imposible. Desesperado, comienza a grabar su vivencia y racionar sus alimentos, pero a la larga sabe que no saldrá de ahí a no ser que tome una medida drástica y que muestra como ninguna otra el espíritu de supervivencia del ser humano.

No queremos entrar mucho en detalle, porque creemos que el espectador debe experimentar dicha escena por sí mismo, pero Danny Boyle muestra de manera magistral y con total explicitud el proceso por el que Ralston tuvo que pasar hasta amputarse el brazo a sí mismo. Puede que sea el estar basado en un hecho real, pero la escena en cuestión dura lo suficiente para que cualquiera minimamente aprensivo tenga que hacer una visita al servicio para echar hasta la primera papilla.

¿Por qué verla?