‘Nacido el 4 de julio’, un relato antibelicista que se mantiene, y se mantendrá, en vigor

60 años después de su comienzo, la guerra de Vietnam sigue siendo una de las más incomprensibles de las muchas en las que se han metido los Estados Unidos. Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, los americanos temían que el comunismo se expandiera por toda Asia, siendo Vietnam el país que más cerca estaba de comenzar lo que temían que terminara siendo un efecto dominó. Así, con el lema kennedyano “No te preguntes lo que tu país puede hacer por ti, pregúntate qué puedes hacer por tu país”, los americanos comenzaron una guerra de la que salieron escaldados.

Pero si alguien salió destrozado de aquella absurda contienda fueron los civiles vietnamitas y los soldados norteamericanos. Tras una campaña de lavado de cerebro llevada a cabo por todos y cada uno de los estados del país, toda una generación de jóvenes americanos quedó lisiada, si no física, sí mentalmente. A lo largo de la historia hemos podido ver cómo se han tratado las secuelas de aquella guerra en películas tan diferentes como ‘Acorralado’ y ‘Forrest Gump’, además de en libros como ‘Corazones en la Atlántida’, de Stephen King. Sin embargo, ninguno tan cercano y fidedigno como el que inspiró una de las películas más infravaloradas de Tom Cruise: ‘Nacido el 4 de julio’.

Aquella película, dirigida por Oliver Stone, no es sino la adaptación de esta biografía de Ron Kovic, uno de esos miles de jóvenes que volvió de Asia hecho un despojo, en todos los sentidos. Antes de meternos en situación, tenemos que leer, eso sí, el prólogo del Boss, Bruce Springsteen, quien reconoce que no es sino esta historia la que inspiró uno de sus grandes himnos, ‘Shut Out the Light’.

La longitud del libro es muy ajustada, aunque Kovic se explaye especialmente en sus memorias de infancia y adolescencia, entre chicas, malas notas y partidos de béisbol. Lamentablemente para él, y para muchísimos más jóvenes, uno de los marines que el ejército enviaba a los institutos para convencer a estos chavales logró venderle su historia. Así, acompañado de su padre, Kovic iría en 1964 a un centro de reclutamiento para ser enviado a Vietnam en 1965.

Menos de un lustro después estaba de vuelta en casa de sus padres, y aunque logró sobrevivir a un disparo, se deduce que habiendo regresado paralizado de cintura hacia abajo, hubiera preferido morir. Hay un problema para algunos lectores en el relato de Kovic, y es que esa parálisis conlleva, obviamente, la imposibilidad de mantener relaciones sexuales. El autor da una gran importancia a ese impedimento, tratándolo de manera insistente, y en ocasiones, vulgar, lo que sinceramente, deja alguna sensación incómoda.

Afortunadamente, el ex soldado termina contando sus aventuras y desventuras en el activismo antibelicista, mucho mayor del que narra el libro, ya que este fue publicado en 1976, y esa actividad no ha cesado desde entonces. De hecho, Kovic se ha mantenido cercano con los veteranos de ambas guerras del Golfo, en Irák y Afganistán.

Conclusión

A pesar de los problemas que ya hemos mencionado, ‘Nacido el 4 de julio’ es un relato que, a pesar de tener casi 50 años de antigüedad, podría haber sido escrito ayer mismo. Por desgracia, la guerra es una constante en la historia del ser humano, pero también el antibelicismo, siendo Kovic uno de sus grandes símbolos en la Norteamérica de los siglos XX y XXI. Es una lástima que figuras así pasen tan desapercibidas, pero tanto la película como esta autobiografía -aunque en ocasiones utilice la tercera persona- forman una combinación para conocer a fondo a la persona.

Ficha

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