Impresiones Expansión
The Division 2: Warlords of New York, vuelta a los orígenes
Terminamos la expansión de Warlords of New York y os contamos todo lo que trae consigo este nuevo contenido para The Division 2.
De todas las franquicias del universo de Tom Clancy y que Ubisoft ha hecho prácticamente suyas, tal vez la que tiene mayor capacidad para contarnos una buena historia es The Division. La primera parte nos dejó un buen looter shooter ambientado en una Nueva York asolada por un virus y, hace escasamente un año, llegó su secuela. El cambio de localización a Washington DC supuso un pequeño downgrade para algunos usuarios que consideraban NY una ciudad con más encanto, si bien las mecánicas del juego, como ya dijimos en nuestro análisis, siguen siendo muy sólidas. Warlords of New York regresa a Manhattan en un guiño a los puristas del juego original, a la vez que explora nuevas localizaciones no vistas con anterioridad y nos da la oportunidad de comprobar como los meses que separan ambas entregas de la saga han afectado a los escenarios.
Contenido gratuito frente a expansión
Hay que distinguir dos clases de contenido que hemos recibido a partir del 3 de marzo: por un lado está el Title Update 8 que incorpora el sistema de Equipamiento 2.0, los nuevos objetos, los cambios en la mesa de recalibrado y las modificaciones en el sistema de hechizos. Estos cambios, aunque importantes y que en parte definen una nueva aproximación al concepto de endgame para todos los jugadores - con o sin expansión - no los vamos a pormenorizar completamente aquí porque son gratuitos e independientes del pago de los 30 euros que cuesta actualizarse a Warlords of New York. Por otro lado se encuentra la exclusividad de los contenidos de la expansión, que sí desgranaremos aquí; sin embargo, como parte de ellos están previstos para desbloquearse durante las próximas semanas, consideramos más acertado esperar para ver en qué consiste dicho contenido y sus nuevos arcos argumentales antes de juzgar con un análisis al uso. Sirvan estas impresiones para informar de todo lo que se puede hacer y hemos hecho hasta el momento para que el lector pueda tener una opinión informada antes efectuar el desembolso.
Para empezar, la campaña de Warlords of New York empieza donde lo dejó el último episodio en Coney Island; nos lanzamos a la persecución de Aaron Keener, el ex-agente de The Division que hace las veces de villano algo descafeinado para la ocasión. Para conseguir que rinda cuentas hay que acabar con sus lugartenientes en un total de 5 misiones principales y, de forma opcional, 8 secundarias. Las misiones en sí tienen la misma estructura que hemos visto hasta ahora: llegar a un lugar, limpiar de enemigos, proceder a otro lugar. Los combates contra los subjefes tampoco tienen nada de especial, aunque sí que hemos notado que algunos utilizan sus nuevas habilidades de forma más imaginativa y en algún caso la misión para llegar hasta él nos pareció coherente con su personalidad. Desafortunadamente apenas hay tiempo para indagar más porque en apenas un par o tres de horas habremos realizado su parte de la misión y ya no volveremos a oír de cada uno de ellos.
Al volver a Nueva York tenemos la posibilidad de explorar nuevas zonas - pero no tenemos abierto el mapa del primer juego, claro - y ver cómo ha cambiado. Hay una nueva base de operaciones en la que trabajar y 4 nuevos barrios que descubrir, con sus actividades ocultas y coleccionables, que reciben mención especial porque en este caso se han escondido bien. El trabajo técnico sigue siendo espectacular: la ciudad devastada ya no solamente por el virus sino por las inclemencias meteorológicas, lugares icónicos completamente reimaginados y, en general, un plausible futuro apocalíptico totalmente coherente y creíble. Hay que decir que las nuevas localizaciones son extraordinarias tanto en su diseño como en su implementación en pantalla: desde los rincones más claustrofóbicos hasta la batalla en la playa contra uno de los subjefes son espectaculares, ya sea de día o de noche. Ubisoft sigue sin reparar en gastos en este aspecto y se nota porque el juego nos parece una delicia visual. Incluso el regreso de viejas facciones conocidas como los Rikers o los Cleaners han recibido un lavado de cara y ahora poseen nuevas armas en su arsenal sin renunciar a sus propias particularidades que les hacían distinguibles unos de otros.
Una vez terminamos la campaña, y no antes, podremos volver a Washington si así lo deseamos. En este punto ya seremos nivel 40, el nuevo máximo del juego, y tendremos acceso a los nuevos sets de equipo, los nuevos objetos exóticos y los nuevos talentos. Cada jefe que hayamos derrotado nos dará acceso además a una nueva habilidad que podremos equipar y tendremos un nuevo modo de dificultad para algunas de las misiones y configurar el mundo al completo con un nivel de reto mayor. Se ha añadido un sistema de progresión infinito llamado “nivel SHD” que nos dará mayor cantidad de estadísticas base y además, cada tres semanas, se desbloqueará un nuevo arco narrativo similar al vivido en la campaña. Cuán denso y cuánto se alargará dicha campaña post-campaña principal aún está por ver, pero de alguna manera vendrá a complementar las misiones clasificadas que hasta ahora eran el único recurso del que disponían los usuarios para saber más del argumento.
Estas temporadas son uno de los principales añadidos al futuro de lo que será The Division 2 a partir de ahora y se unirán a los eventos que ya existían hasta ahora; durante estas temporadas adquiriremos puntos de temporada que desbloquearán lote y cosméticos especiales. La primera temporada viene incluída en el paquete de la expansión y luego tendrán un coste de alrededor de 10€ por cada una en la que queramos participar, aunque Ubisoft ha dicho que la mayor parte de items importantes estarán dentro de la versión “gratuita” de las temporadas, al estilo de lo que hacen otros títulos como Fortnite y su pase de batalla. Sabemos ya cuáles son las recompensas por ir subiendo de nivel de la próxima temporada pero desconocemos si el contenido valdrá la pena en cuanto a la inversión de tiempo para desbloquearlo.
Una de las cosas que más nos ha gustado y que coincide con el lanzamiento de la expansión es cómo se ha simplificado el lote y, especialmente, la posibilidad de configurar un estilo de juego de forma mucho más sencilla. Es más fácil navegar entre los menús y comprobar de un simple vistazo qué aportan las armas y el equipo a la forma en la que queremos jugar. Sumado eso a la posibilidad de extraer cualidades de las armas y guardarlas en una especie de armario para poder reutilizarlas las veces que queramos... resulta mucho más agradable poder intentar buscar nuestra pieza de equipo ideal o incluso farmear para encontrar esa arma exótica que se nos resiste.
A nivel jugable, The Division 2 sigue ofreciendo lo mismo. Las mecánicas de disparo funcionan adecuadamente y se ha mejorado la inteligencia artificial de los enemigos, si bien seguimos observando comportamientos extraños en algunos de ellos. Hay muchas armas donde escoger, muchas especialidades donde elegir y muchas formas de configurar nuestro personaje, y la mayoría de ellas parecen hoy por hoy bastante viables. La nueva dificultad legendaria para las 3 fortalezas está todavía un poco lejos para nuestro nivel de equipo pero hemos podido completar el resto de misiones sin demasiadas complicaciones; también es posible resetear el mapa para volverlo a conquistar de nuevo, si ese es nuestro deseo, o deambular por todos los rincones para encontrar los nuevos enemigos y cacerías épicas que se han añadido en la expansión.
Pero sumándolo todo no estamos ante un gran cambio radical de la experiencia que vimos en The Division 2. Son cambios de calidad de vida en muchos casos y en el resto son añadidos que expanden un universo que los usuarios ya existentes de la franquicia conocen bien. Dicho de otra forma, Warlords of New York es claramente una expansión que no está destinada a captar gente que no jugara ya al juego, sino a mantener el interés de los que ya estaban jugando. Esto no es lo que hiciera Destiny 2 hace relativamente poco, esto es una expansión continuista con un interés muy claro y sin tapujos. Lo cual no es necesariamente malo: las misiones siguen estando muy bien, las mejores en lote e interfaz son muy bienvenidas y el juego en general se siente mejor. Pero no es ni de lejos una revolución para el título, aunque algunos fuera lo que esperaban.
Seguiremos observando la evolución que sigue el contenido de The Division 2 y este Warlords of New York. Veremos exactamente hasta qué punto es interesante el contenido de temporada o si simplemente son nuevas cacerías con poco más que añadir un par de objetos a nuestra colección. Da la impresión de que estamos ante un buen exponente del género del looter shooter al que sin embargo todavía se le puede sacar más partido y está por comprobar si lo que desde Ubisoft nos tienen preparados va a justificar la inversión de los 30€ que cuesta esta expansión. Por lo pronto podemos decir que nos hemos divertido revisitando Manhattan y haciendo las nuevas misiones y actividades pero nos hubiese gustado algo más que, tal vez, aún esté por llegar.
The Division 2: Warlords of New York
- Acción
Prepárate para explorar el mundo abierto, dinámico y hostil de Washington y salvar un país al borde del abismo en The Division 2. Podrás luchar con tus amigos en cooperativo online o contra otros en los modos JcJ. En la expansión Señores de la guerra de Nueva York tendrás que dar caza a tu bestia negra, Aaron Keener, un agente renegado de The Division que ha abandonado sus ideales y se ha convertido en la máxima autoridad de la ciudad. A cargo de Massive Entertainment y Ubisoft para PC, PlayStation 4 y Xbox One.