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Stellaris

Stellaris

Análisis de Stellaris

Paradox deja de lado la estrategia histórica para dar el gran salto a la galaxia con Stellaris, un juego de estrategia espacial en el que trataremos de hacer de nuestro imperio el más grande y poderoso de la galaxia, gestionando la economía, la diplomacia y la guerra.

¿Un Europa Universalis galáctico? No exactamente, aunque en parte Stellaris si recuerda al juego estrella de Paradox en ciertas mecánicas jugables, es evidente que el juego también bebe de otros juegos como Galactic Civilization, pero, eso si, sin turnos.
El juego nos presenta una serie de imperios a nuestra elección, cada uno representa una serie de características propias, lo meramente estético, como puede ser el aspecto físico de nuestra raza, nuestra bandera, nombres, aspecto de nuestras ciudades o nuestras naves.

Más importante son los aspectos que afectan directamente a como se desarrollara nuestro imperio, como puede ser el clima del planeta de nuestra civilización, algo realmente importante pues determina la facilidad que tiene nuestra gente para asentarse en determinados planetas, así pues, si el planeta nativo de nuestra gente es de un clima árido, tendrán preferencia y facilidad para colonizar planetas de características similares, y mayor dificultad para colonizar y asentarse en planetas.

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Otro de los aspectos fundamentales de nuestro imperio son las éticas y el tipo de gobierno. Las éticas representa grosso modo la ideología de nuestro imperio, y cada ética presenta unas características concretas, con sus bonificadores y penalizadores, e igualmente, la combinación de éticas desbloquea los tipos de gobierno que podemos tener. A modo de ejemplo, si nuestro imperio es Xenófilo e Individualista, nuestro imperio podrá optar ser Democracia Indirecta o Oligarquía Plutocratica, modos de gobierno que obviamente también tienen sus ventajas e inconvenientes.
Por ultimo, la ultima característica importante a la hora de seleccionar una civilización es la elección del tipo de armamento inicial con el que contamos, el cual puede ser variado según avanza la partida, y del método de viaje entre sistemas para nuestras navales, a elegir entre Curvatura, el más sencillo y básico, el hiperespacio, y el de Agujero de Gusano. Este ultimo permite a nuestras naves viajar desde cualquier punto del sistema, y de forma muy rápida, pero con un pero, este sistema obliga tener estaciones de agujero de gusano construidas para realizar los viajes, por lo que para una primera partida quizá sea un poco más complicado.

¿Pero y si no me gusta ninguno de los imperios que el juego me ofrece? El juego permite crear nuestro propio imperio personalizado, no solo con las herramientas que trae de serie el propio juego, sino también con los diversos mods que podremos encontrar, en Steam Workshop donde encontraremos multitud de contenido de diversa indole creado por la comunidad.

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Una vez elegido nuestro imperio, seleccionada la dificultad inicial y el tamaño de la galaxia, iniciamos nuestra partida. Como otros juegos de Paradox, Stellaris es un juego en tiempo real, pero con posibilidad de pausar partida en cualquier momento para hacer las cosas con toda la calma que queramos, aunque el juego no exige demasiada microgestión, por lo que es fácil jugar a dificultad normal sin realizar pausas.

La interfaz cumple realmente bien su cometido, es clara, sencilla, y da facilidad para acostumbrarse a ella. En ella podemos ver los recursos de nuestro imperio, energía, minerales y estratégicos, así como la influencia de nuestro imperio, los puntos de investigación, la capacidad naval de nuestro imperio, así como el numero de planetas con el que contamos. La energía es un recurso fundamental para nuestro imperio, pues sirve para mantener operativos edificios, naves o estaciones, es decir, la energía la usamos esencialmente para mantener en pie nuestro imperio. Los minerales también se usan para mantener las naves de nuestro imperio, sin embargo el principal uso de los minerales no es el mantenimiento, sino la construcción, tanto de naves como de edificios y estaciones.

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Los puntos de investigación, divididos en tres, física, sociedad e ingeniería, se usan, como no podía esperarse de otra forma, para investigar, cuantos más puntos tengamos de una rama, más rápido investigaremos. Podemos mantener simultáneamente hasta tres proyectos de investigación, con un científico al cargo para cada proyecto.

La influencia no es un recurso en si mismo, pero nos permite realizar ciertas acciones en el juego, como reclutar científicos, almirantes para nuestra armada, construir puestos fronterizos, algo que veremos más adelante, así como promulgar Edictos, una serie de políticas que nos darán ciertas bonificaciones concretas, como puede ser un Edicto que favorezca la investigación, a cambio de perder influencia.

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Nuestro planeta, así como todos los planetas habitables del juego, están divididos en diversas casillas, cada casilla puede tener, o no, un recurso concreto, el cual puede ser explotado por nuestras poblaciones. A los ya citados recursos generales ya citados anteriormente, se suma la comida, el cual sirve para que nuestras poblaciones crezcan en tamaño, es decir, si tenemos comida suficiente, nuestra población crecerá en numero, y podremos explotar más casillas, si tenemos carestía de comida, la población morirá de hambre.

El rendimiento que saquemos de cada casilla no solo depende del numero de recursos de la casilla o del edificio que tengamos en ella construida, si la provincia produce por si misma comida y construimos una granja aumentaremos la producción de comida, sino también de la propia población que la explote. Si nuestra población de la casilla es feliz, el rendimiento de producción sera mayor, e igualmente las características de cada raza afectan al rendimiento que se tenga en la casilla, así, si nuestra población es ''laboriosa'' tendremos un 15% de bonificación para la obtención de minerales, en contrapartida, si somos un imperio xenofobo, y tenemos explotando una casilla a una especie extraterrestre, su felicidad sera menor, y por lo tanto el rendimiento también lo sera.

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Todos los inicios del juego son esencialmente los mismos, empezamos en un sistema, con nuestro planeta principal y diversas naves a nuestra disposición. La más importante en este inicio de partida es sin duda la nave científica, la cual nos permitirá explorar la galaxia, buscando recursos y estudiando las anomalías con las que nos encontremos. Estas anomalías son encuentros aleatorios de diversa naturaleza, desde antiguos restos de civilizaciones encontrados en un planeta, hasta encuentros con formas de vida. El estudio de estas anomalías puede aportar importantes avances tecnológicos a tu civilización, así como grandes descubrimientos, pero no esta exento de fracasos, y muchos estudios de anomalías quedaran en nada, o incluso puede acabar en desastre, y resultar destruida nuestra nave. Al mando de nuestra nave científica sera necesario contar con un científico, el cual ira de subiendo nivel según vaya explorando la galaxia y anomalías, e igualmente contara con ciertos habilidades especiales.

Otra de nuestras naves iniciales de vital importancia es la nave de construcción, nave absolutamente complementaria de la científica, pues es la encargada de construir estaciones de minería en planetas allá donde la nave científica encuentre recursos, estaciones de defensa, o bien puestos avanzados, a cambio de puntos de influencia, los cuales nos permitirán ampliar las fronteras de nuestro imperio, y así poder explotar recursos más lejanos.

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Explorar la galaxia con nuestra nave científica inevitablemente nos hará encontrarnos con formas de vida inteligentes, alguna de ellas no demasiado amistosas, otras, tras un estudio previo, comprobaremos que no tan peligrosas. Pero sobre todo, y más importante, nos encontraremos con otras civilizaciones avanzadas como la nuestra, y ahí es donde entran los primeros contactos diplomáticos. Las opciones diplomáticas con las que contamos son diversas, desde puestos de embajadas para establecer relaciones cordiales, pasando por acuerdos comerciales, de circulación de naves civiles o militares, alianzas formales… o la guerra. Naturalmente, la política que queramos llevar con nuestros vecinos esta en nuestra mano, aunque al final sera inevitable no caer en alguna guerra.

La guerra puede contar con distintos objetivos de guerra, desde exigir un planeta para si mismo, hasta la humillante petición de vasallaje, pero en cualquier caso, la guerra tiene básicamente dos fases, la primera y fundamental, las batallas entre naves espaciales.
A nuestra disposición contaremos con naves de todo tipo y tamaño, desde las corbetas iniciales, pasando por destructores, cruceros y grandes acorazados. Las naves contaran con el tipo de armamento, blindaje y escudos que hayamos investigando, y podremos personalizar nuestras naves, apostando bien por armamento pesado, ligero, etc. En las batallas navales veremos una simulación de disparos y movimientos, muy chulo a nivel gráfico por cierto, e iremos viendo el desarrollo de la batalla mediante una barra que ira hacia un lado o hacia otro según vaya ganando uno u otro bando, muy al estilo de anteriores juegos de Paradox.

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La segunda fase en una guerra es la conquista planetaria. Normalmente, tras lograr la superioridad naval, uno se dispone al asedio del planeta objetivo, con la intención de destruir las defensas planetarias para el posterior desembarco de tropas para conquistar el planeta.
Llegado al punto de firmar la paz, el vencedor impondrá sus peticiones, y en caso de que fueran planetas, estos pasaran al nuevo vencedor.

La administración de planetas conquistados lleva a diversas posibilidades. Una de ellas se trata de esclavizar a la población del nuevo planeta conquistado, si nuestra civilización es esclavista, o bien, si nuestra civilización es contraria a la esclavización, intentar integrar a las nuevas poblaciones del imperio. Llegado a un punto que nuestro imperio se antoja demasiado grande para ser administrado correctamente, entran en juego los llamado Sectores, es decir, ciertos planetas de nuestro imperio a a los que se le otorga cierta autonomía para descongestionar nuestra administración.

Gráficamente, el juego es ciertamente bonito, luce francamente bien, y nos resultara una gozada ir explorando los diversos sectores de la galaxia. El sonido también cumple con nota, especialmente la banda sonora, es realmente buena.

8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.