Moss: Book 2
Moss: Book II, análisis. La mejor despedida posible para PlayStation VR
Analizamos el regreso de Quill y la saga Moss, el último gran lanzamiento de PS VR antes de la llegada de las nuevas gafas de realidad virtual de Sony.
Toda consola que se precie tiene un último hit con el que se despide de sus usuarios. Un último gran lanzamiento antes del salto a la nueva generación. Con suerte hasta son varios y disfrutamos de una traca final que nos permite pasar página con una sonrisa en la cara. Es cierto que PlayStation VR no es una consola, pero era injusto que no tuviera también su propio epílogo. Y el caso es que por poco sucede. Porque tras seis años de experiencias, sorpresas y títulos reivindicables, la realidad virtual de Sony lleva un tiempo de capa caída, seguramente ahorrando fuerzas para ese 2023 en el que se espera que salga su sucesora, PS VR2. Pensábamos que ya nos íbamos a ir en frío, pero los chicos de Polyarc lo han evitado y nos han regalado el mejor de los homenajes y cierres posibles: Moss Book 2.
Una saga insignia para la realidad virtual
Hay algo romántico en que sea la secuela de Moss la encargada de poner el broche de oro a PlayStation VR. El original salió para el dispositivo a principios de 2018, cuando la realidad virtual de Sony subsistía a base de lanzamientos muy dilatados en el tiempo y muy dispares en contenido y calidad. Cuando faltaban buques insignia y golpes sobre la mesa como el que más tarde supuso Astro Bot: Rescue Mission. Entonces sobraban los ports de juegos perfectamente disfrutables sin cascos y echábamos en falta propuestas concebidas por y para la tecnología. Era una época de incertidumbre en la que tomó las riendas un humilde plataformas que combinaba acción y puzles con maestría y que tenía detrás a un estudio indie de apenas 15 personas. Es bonito que Moss sea el final... porque también fue el principio.
Si algo funciona, ¿para qué cambiar?
Fue tal su éxito que Polyarc llevó el título a otras plataformas y hasta lanzó una expansión estupenda (y gratuita) llamada El Jardín del Crepúsculo. Cuatro años después, cualquiera que se haya adentrado en el mundo de la realidad virtual ha oído hablar de Moss. El boca a boca lo ha convertido en uno de los juegos más recomendables para internarse en la tecnología y no hay top de PlayStation VR en el que no aparezca. Por eso resulta tan fácil explicar qué ofrece Moss: Book II. Estamos, sencillamente, ante más de lo mismo. Y en este caso, se celebra.
El juego vuelve a estar protagonizado por Quill, la ratita presumida, quien entra por una puerta situada en uno de los extremos del escenario y ha de salir por la contraria. En medio le esperan un buen puñado de saltos, combates y rompecabezas a los que asistiremos desde una posición elevada y siempre fija. La fórmula no ha cambiado ni un ápice.
Manejaremos a Quill con el mando, a la manera tradicional (joystick izquierdo y botones), pero también controlaremos una especie de "esfera de luz" que nos permite intervenir en los escenarios con independencia de la ratona. Con esta esfera podremos romper y desplazar cosas, o paralizar y poseer a los enemigos, acciones que realizaremos mediante los controles de movimiento (giroscopio y touchpad). Una mezcla de mecánicas que resulta la mar de fluida, dinámica y satisfactoria.
Cabe avisar de que si bien Moss: Book II puede disfrutarse en PS5, sólo funciona con el Dualshock 4. Necesita de la barra luminosa del mando para hacer el tracking y seguir nuestros movimientos, así que no os hagáis ilusiones con las posibilidades del Dualsense, las cuales le hubieran sentado de maravilla, para qué mentir. Tampoco esperéis que aproveche el SSD de la nueva generación ni el sonido de los Sony Pulse 3D. A todas luces es un juego de PS4.
Conserva las bondades del original...
El resto de virtudes de la primera entrega siguen vigentes, como su precioso “formato libro”. La historia vuelve a estar narrada por una voz en off que va cambiando de tono y registro para interpretar a los distintos personajes, en plan cuentacuentos, e incluso durante los cargandos entre nivel y nivel se escucha el sonido de páginas pasando. También repite su más que notable apartado artístico, una carta de amor a las fábulas y cuentos populares. Aún más colorido, variado y vistoso que el anterior, está repleto escenarios de leyenda, criaturas de cuidadas animaciones y reminiscencias a Las Crónicas de Narnia y Ori and the Blind Forest.
Tampoco se ha perdido la simbiosis que unía a Quill con el jugador (al contrario, se ha potenciado). Puro metalenguaje, a lo Brothers: A Tale of Two Sons. Los controles y la cámara tienen sentido porque la persona a los mandos está representada dentro de la historia. Cumple un papel que explica la propuesta jugable. Seguiremos viéndonos reflejados en cristales y charcos (parecemos el Sin Cara de El Viaje de Chihiro), marcaremos la trama e incluso interactuaremos con la ratoncita chocando esos cinco, curándola y con una serie de poderes especiales que se antojan indispensables en según qué puzles.
En definitiva, y tal y como hacía el primero, Moss: Book 2 nos recuerda a las lecturas que hacíamos antes de irnos a la cama cuando éramos pequeños. Las que compartíamos con nuestros padres, quienes nos introducían en la historia y nos hacían sentir partícipes de toda clase de aventuras. La experiencia es realmente tierna y disfrutable. Emula una sensaciones que ni Wonderbook pudo traer de vuelta aún con libros de por medio. Tan curioso como loable.
...pero también su principal defecto
A cambio, Moss: Book II peca de lo mismo que su antecesor y es tan efímero que duele. Nos ha llevado 4 horas y media superar el juego, pero encima ha sido haciendo backtracking para conseguir la mayor parte de sus coleccionables (repiten los rollos de pergamino y el polvo de reliquia). Dura un poco más que el original, sí, pero muy, muy poco. Esperábamos bastante más tras casi un lustro de espera y sobre todo teniendo en cuenta que recicla contenidos. No hablamos sólo a nivel de gráficos o animaciones (que también, pero es entendible). Nos referimos a que, por ejemplo, repite más enemigos de los que estrena.
Da especialmente rabia porque el juego tiene margen de maniobra, no cansa y acaba en lo mejor. Los últimos jefes y los puzles de un gran mundo final demuestran que aún tiene muchos caminos que explorar y mecánicas con las que sorprender e innovar. De ahí el teaser de Moss: Book 3 que nos lanzan tras los créditos. Ojalá la tercera parte, ya con nueva tecnología de por medio, venga acompañada de un saltito, por pequeño que sea, a nivel de ambición.
Nuevas armas y horizontes
En cualquier caso, tampoco se puede decir que no haya novedades. Las hay, y además las hay tanto a nivel narrativo como jugable. La historia se retoma justo donde lo dejó el original y crece y se expande a un ritmo sorprendente. Aparecen un montón de personajes, criaturas y mitos, quizás hasta demasiados para asimilar en cuatro horas, pero se logra así consolidar un imaginario propio que va mucho más allá de Quill y su tío, los únicos protagonistas del primer Moss.
Visitaremos nuevos parajes de su universo y tenemos hasta un lobby (el castillo) desde el que acceder y regresar a ellos cuando queramos. Picos nevados, calurosas forjas subterráneas, torreones que levitan a gran altura... En todos ellos descubriremos poderes y tipos de enemigos inéditos. Que si la habilidad de hacer crecer enredaderas o manejar catapultas, que si adversarios acorazados o bichos bola con los que jugar al pinball... La experiencia es breve, pero variada.
La inclusión de mayor peso son las armas. Quill conseguirá un chakram para ataques a distancia y un martillo con efecto retardado. Más que para combatir, en realidad sirven para plantear nuevos tipos de puzles y pruebas. Porque son los rompecabezas de Moss los que vuelven a brillar con luz propia. Combinan como pocos acción y plataformas, palancas e interruptores, poderes e ideas. Encima con una dificultad perfectamente acorde al resto de la propuesta. Sin plantear excesivo reto, pero sin insultar a nuestra inteligencia. Moss: Book II los lleva un pasito más allá.
Es una pena que no se haya dado un salto similar en los que respecta a los combates. Son demasiado sencillos y machabotones. Inexplicable que desaparezcan el estoque y el set de movimientos vistos en El Jardín del Crepúsculo. Sobre todo cuando se recuperan tantas ideas de aquel DLC, como el tema de los jefes finales, las ropas alternativas para Quill o incluso ciertos biomas y poderes. Unos combos y algo más de variedad y desafío le sentarían a las mil maravillas, por mucho que su longevidad le permite disimular bien.
Conclusión
Vuelve a ser tan efímero que duele y quizás peque de conservador al plantear exactamente lo mismo que hace cuatro años. Aún así, este segundo tomo de Moss nos ha cautivado tanto como el primero. Amamos su mezcla de puzles y plataformas, de controles tradicionales y de movimiento, su apartado artístico y esa narrativa tan de cuentacuentos que nos transporta a las lecturas que hacíamos con nuestros padres antes de irnos a la cama. Aunque recicla elementos y trae las novedades justitas, Moss: Book II es la mejor despedida posible para PlayStation VR y un juego imprescindible para los amantes de la realidad virtual, especialmente en estos tiempos de sequía. Aguardamos el capítulo tres con los brazos abiertos.
Lo mejor
- Sus puzles y plataformas siguen funcionando genial.
- Artísticamente aún más exuberante (nuevos personajes, biomas, etc).
- Los jefes finales y las nuevas armas.
- La forma de narrar la historia. La cuentacuentos, cómo se integran el jugador y la VR...
Lo peor
- Vuelve a ser extremadamente corto. Apenas 4 horas.
- Dura poco y aún así recicla algunos enemigos, situaciones y puzles.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.