Lucha pretérita de calidad

En un terreno tan desierto como el género de la lucha en Wii nunca son mal vistos nuevos títulos que aboguen por la diversión y variedad dentro del catálogo. Si a ello sumamos que la saga encargada de todo esto es Guilty Gear, el resultado es un juego notable que llega en un gran momento, directo para los jugadores más hardcore y entretenidísimo para los casual. Nadie puede dudar de lo bien que ha venido al catálogo de Wii una nueva entrega de esta veterana saga de lucha clásica.

Su ambientación y estética siguen intactas. Gráficos manga en 2D, muy detallados y coloristas dan soporte escénico a desenfrenadas peleas con todo tipo de armas blancas, acrobacias y espectaculares hechizos mágicos. Es la lucha tratada desde el punto de vista más tradicional y puro, lo que no decepcionará a ningún amante del género, y encantará sobre todo a los de la vieja escuela, aquellos que aún disfrutan de títulos como Street Fighter o Samurai Shodown.

Procurando un control adaptado al Wiimote, Accent Core vuelve a fallar como tantos otros lo han hecho. Es fundamental para disfrutarlo ser poseedor de un Mando Clásico de Wii o de uno de GameCube, de no ser así, nos encontramos ante una locura jugable poco precisa, azarosa y para nada divertida.

Las diferencias entre unos y otros son claras así como su desenvoltura en el campo de batalla, pues los hay rápidos pero poco fuertes, ágiles y con pocos golpes especiales, demoledores pero muy lentos, centrados en los hechizos, etc. Además, cada personaje podrá escoger entre un tipo de lucha más agresiva, defensiva o media, acarreando diferentes consecuencias cada una de las elecciones. La variedad y las posibilidades son desbordantes.

Y la misma variedad encontramos en los escenarios, a cual más preciosista y detallado. Quizá huelen demasiado a los tiempos de los 16 bits pero su vistosidad sigue siendo uno de los principales atractivos del juego. Además, la espectacularidad de las peleas y la mayoría de los golpes hará que cada batalla llene de efectos y color nuestro televisor alcanzándose en ocasiones una experiencia casi epiléptica.

Sin embargo, no descartamos opciones estéticas mixtas, como introducir elementos destruíbles, algunas partes del decorado en 3D, personajes más expresivos, etc. Por ello, podemos decir que nos encontramos con casi el mismo apartado gráfico de siempre al que, a pesar de que se ha respetado en su totalidad, no le hubieran venido mal ciertas mejoras o añadidos más acordes a los tiempos que corren. Ya hemos visto en muchas sagas de lucha que la evolución gráfica no tiene por qué suponer pérdida de la esencia y la jugabilidad. Un buen ejemplo de ello es el próximo Street Fighter IV.

El sonido en formato MIDI es otro de los aspectos modificables a nivel técnico. Aquí ya no hay excusa. No estaría nada mal una banda sonora que por fin fuera instrumental aunque respetara las melodías de la saga. Hubiera sido un gran añadido que aportaría algo de novedades técnicas a un juego que parece rescatado de época de los 90.

No obstante, el apartado sonoro funciona bien. Decenas de efectos y voces, en japonés, se unen formando una experiencia sonora tan frenética como el propio juego, en la que nunca hay silencio, y en la que cada acción lleva su respectivo FX. Los textos, por su parte, están en inglés, algo que sí es más reprochable a un juego actual. Bien es cierto que apenas hay texto que leer durante el juego, pero se hubiera agradecido una localización a nuestro idioma.

Y sucede una vez más. Un juego de lucha no se termina de adaptar al Wiimote. Ya lo vimos en Mortal Kombat: Armageddon y ciertos aspectos jugables de los dos Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi para Wii. Realizar golpes con trazos y movimientos rotundos del Wiimote y el Nunchuk parece estar empezando a ser una utopía que no pocas desarrolladoras buscan alcanzar pero que, de momento, no da buenos resultados.

Se propone al jugador que, según en qué dirección mueva rápidamente el Wiimote, el personaje haga una acción determinada entre patada, puñetazo, ataque vertical y horizontal. La imprecisión es absoluta en un primer momento. Un juego de lucha tan frenético nos hará perder el control rápidamente y empezar a mover el mando a diestro y siniestro buscando únicamente pegar continuamente a nuestro adversario. A ello se suma el parentesco entre ciertos movimientos, lo que hará que la CPU no los interprete bien y nuestro personaje de golpes que no queremos en momentos totalmente inoportunos.

No obstante, las cuatro direcciones de la cruceta apoyan este manejo tan movidito. Cada una actuará de lo que sería un botón en un mando tradicional. Los gatillos del Nunchuk y el botón A ejecutan las acciones más complicadas y potentes mientras que el joystick sirve para mover al personaje.

En el menú Options (opciones) podremos asignar a cada botón un movimiento, aumentar o disminuir la velocidad de respuesta, y demás acciones relacionadas con la jugabilidad como el tiempo de lucha, las rondas a ganar, el nivel de defensa que se puede ejercer, la dificultad de la CPU, el nivel de vida de los personajes, etc. Hay muchas opciones sobre jugabilidad, más de las que habitualmente muestran los juegos de este género.

De esta forma, todos los seguidores de la saga encontrarán en Accent Core la que es, sin duda, su mejor entrega hasta el momento. Su jugabilidad es tan rápida como siempre aunque añade pequeñas mejoras que sólo serán vistas por los amantes de la lucha. Continúan intactos los largos combos de golpes y los rápidos intercambios de puñetazos y patadas en el aire. Un gran número en azul nos indicará en esta ocasión cuántos golpes seguidos vamos encadenando sobre nuestro adversario, intensificando la experiencia de juego como pocos títulos lo consiguen.

Otra de las mejoras radica en que se han equilibrado los personajes y sus barras de magia y tensión. Ahora todos aparentan ser igual de potentes aunque cada uno tenga un estilo y velocidad de lucha diferentes. Además, uno de los puntos que los jugadores más avanzados sabrán valorar es que ahora hay ataques que rompen la guardia del rival, aunque desencadenarlos sea verdaderamente costoso a la par que espectacular.

También se han reforzado ciertas tácticas de defensa como movimientos rápidos que dejen más vendido al contrincante en posición atacante o fuertes contraataques que le resten una cantidad de vida considerable. Así, la experiencia de juego ha ganado mucho con respecto a otras entregas aunque sigue siendo demasiado parecida a la que ya estábamos acostumbrados.

Además, varios modos de juego dan algo más de variedad al tópico Arcade. En los usuales Versus CPU y Survival nos enfrentaremos a la máquina en continuados combates que no parecen acabar nunca. Por otro lado, encontramos el modo Entrenamiento y M.O.M. (Million of Medal), dedicados especialmente a los novatos en los estilos de juego y lucha utilizados por la saga Guilty Gear.

Pero, sin duda, la esencia de todo juego de pelea que se precie es su modo para dos jugadores. Accent Core no es una excepción y en dicho modo encontraremos lo mejor del juego, pues es una modalidad cargada de opciones que nos permiten personalizar nuestros enfrentamientos con posibilidades casi infinitas. Lástima que se necesiten dos mandos Clásicos o de GameCube para que haya igualdad real en el manejo de los combates.

Con un apartado gráfico extremadamente rescatado de las anteriores entregas y la misma jugabilidad frenética y divertidísima a la que ya nos tiene acostumbrados la saga, Accent Core profundiza algunos matices de las anteriores entregas llevando una de las mejores luchas 2D hasta todo tipo de usuarios. Un universo de color, espectacularidad y adrenalina marcado por una época pretérita, que no por ello peor, en los juegos del género.