Crimesight
Crimesight, análisis. Multijugador de detectives made in Konami
¿Qué pasaría si Sherlock Holmes y Moriarty se enfrentaran a una partida de Cluedo?
Hay una atracción especial en los juegos detectivescos. El misterio detrás de un crimen nos mantiene en vilo mientras planteamos todas las hipótesis posibles, y la satisfacción de dar con la verdad y atrapar al asesino nos hace sentir poderosos. Parte de eso es el motivo de éxito de títulos como Among Us o Ace Attorney. No obstante, es digno de elogio el diseño de un título detectivesco, que proporcione un reto intelectual asequible a todos los públicos y, al mismo tiempo, no lleve al jugador de la mano. Crimesight, la última obra de Konami disponible en PC Windows, nos ofrece una interesante mezcla entre Cluedo y el apasionante duelo mental entre Sherlock y Moriarty.
¿Quién será el asesino?
Imaginemos un grupo de desconocidos en una mansión victoriana, aislados por un temporal. La mansión está llena de peligros: posibles armas mortales, pasadizos secretos… y un asesino oculto entre los huéspedes. Esta premisa nos recordará a Cluedo, el clásico juego de mesa, en el que tenemos que descubrir quién el asesino, dónde cometió el crimen y el arma homicida. Crimesight reformula Cluedo con nuevos añadidos y lo convierte en una suerte de ajedrez en el que Sherlock y Moriarty enfrentan sus ingenios.
En el caso de Crimesight, no se ha cometido ningún asesinato. Aún. Pero Moriarty va a influenciar en la mente de alguno de los huéspedes para que se haga con un arma y asesine a otro. Sherlock, inteligencia artificial diseñada para predecir e impedir los crímenes, deberá frustar dichos macabros planes. Dos jugadores, dos eternos rivales y una misteriosa mansión como tablero. Un juego de mesa digitalizado muy atractivo y que pondrá a prueba nuestra astucia.
Un grupo de 6 personas, conocidas pero no muy amigas, se encontrarán atrapadas en una mansión victoriana, aislados por una tormenta de nieve. Deberán pasar varias noches hasta que llegue la ayuda… y sobrevivir. El malvado Moriarty ha persuadido a uno de ellos para que mate a un designado compañero. El objetivo de Sherlock es simple: identificar al futuro asesino e impedir que cumpla su cometido. El asesinato sólo podrá darse si se cumplen estas condiciones: el asesino y víctima deben estar solos en la misma habitación, sin testigos, y el asesino debe tener un arma en su posesión.
Una investigación compleja
A todo esto se suman una serie de reglas y condiciones variables que harán que cada partida resulte muy intensa y apasionante. El rescate llegará en un número determinado de días, divididos en tres turnos (mañana, tarde y noche), y antes de entonces el crimen deberá ser impedido por Sherlock. Tanto el asesino como su objetivo estarán predeterminados en cada partida. Sherlock podrá controlar en cada turno dos o tres personajes (según el número de jugadores), mientras que Moriarty sólo a uno, a excepción de la víctima, que escapa a su persuasión. En caso de que Sherlock y Moriarty escojan al mismo personaje, éste obecederá a Moriarty y esto servirá también de pista para el detective.
La mansión siempre será el mismo diseño de tablero, pero la disposición de objetos y sucesos aleatorios cambiarán en cada partida. Cada personaje se puede desplazar un número determinado de casillas, con consecuente fatiga si decide ir una más. En cada casilla, podremos ordenar que busque objetos, y podrá encontrar alimentos, un posible arma homicida o gas lacrimógeno que podrá usar para ralentizar a otros personajes. Al final de cada día, cada personaje deberá haberse hecho con una lata de comida o el hambre le acabará consumiendo hasta limitar su movimiento y visión, con lo que no podrá ser testigo ni cometer el crimen. Asimismo, podremos experimentar percances que, si bien son perjudiciales, también podemos usar a nuestro favor, como una fuga de gas o el ataque de perros salvajes (un buen guiño a los El sabueso de los Baskerville). Y, por supuesto, no hay mansión sin pasadizo secreto.
Al final de cada día, la IA de Sherlock hará sus propias deducciones para identificar al asesino y a la víctima en función de si están a menos de tres casillas entre sí. A medida de que progrese la partida, observaremos acontecimientos como que ver que dos personajes comparten habitación sin que suceda nada, lo cual descarta a ambos como verdugo y objetivo entre sí.
La oportunidad perdida de un modo campaña
En cuanto a multijugador, Crimesight resulta un juego muy atractivo, que hace que tanto el rol de Moriarty y Sherlock resulten emocionantes. En cada turno debemos tener despiertos todos nuestros sentidos para valorar qué personaje controlar, dónde llevarle y cómo gestionar las crisis. También podemos colaborar con otros dos detectives, con un chat de mensajes predeterminados, para dar caza a Moriarty en una misma partida y aquí también entra un nuevo elemento muy interesante: Irene, la ayudante de Moriarty que se puede infiltrar entre el grupo de Sherlock. El jugador que controle a Irene podrá comunicarse con Moriarty y controlar a otro peón dentro del tablero. Si en el grupo de detectives alguien sospecha de la infiltrada, podrán cortarle la comunicación dentro de su grupo. A priori, el rol de Irene parece mucho más limitado, pero jugar a la doble agente resulta también muy satisfactorio.
A nivel visual Crimesight entra por los ojos, con un estilo anime mezclado con la estética victoriana de la mansión, con una banda sonora correcta que aporta esa atmósfera misteriosa. La excelente localización, además, hace que nos sumerjamos bien en el misterio. Los diseños de Sherlock, Moriarty e Irene resultan muy atractivos, no sólo por su belleza física, sino también por la mezcla entre lo victoriano y lo futurista. Los propios peones resultan arquetipos muy funcionales a nivel narrativo y que en determinados momentos muestran una personalidad muy marcada. Y, con todo ello, se echa muchísimo de menos un mayor desarrollo de la historia, lo cual daría pie a un posible modo campaña muy jugoso para un jugador. Y es que el gran defecto de Crimesight es éste: si se quiere jugar solo, no hay más opciones más allá del tutorial.
Y, sin embargo, Crimesight es un buen juego de tablero digital para varios jugadores y una buena propuesta para disfrutar entre amigos, con partidas de una media hora aproximada. La asistencia de las deducciones de la IA de Sherlock son un buen complemento para nuestras deducciones, sin que sintamos que nos llevan de la mano. Y, por otro lado, es una pena que apenas haya jugadores online. Tal vez, porque el juego ha pasado demasiado desapercibido y, al mismo tiempo, su curva de aprendizaje puede resultar tediosa hasta que se empiezan a asimilar todas las normas de la partida. Con ello, muchos jugadores preferirán optar por otro título más simple de jugar antes de descubrir el encanto de Crimesight.
En conclusión, querido Watson, Crimesight es un misterio que ofrece un buen desafío intelectual para amigos o desconocidos que estén dispuestos a superar una barrera inicial en la que deberán asimilar diversas reglas y, después, aplicar una buena concentración durante la partida. Pero el verdadero enigma es: ¿se habrá dado cuenta Konami de lo mucho que enriquecería a su obra un modo campaña?
Conclusión
Crimesight parte de Cluedo, Sherlock Holmes y el ajedrez para ofrecer un juego lleno de personalidad y completo. Sherlock y Moriarty enfrentan sus ingenios en un duelo en el que uno deberá cumplir su propósito criminal y el otro frustrar sus planes antes de que haya un cadáver. En una mansión cuyo diseño no cambia, pero sí los acontecimientos y la disposición de objetos, viviremos partidas muy intensas en las que la concentración y las estrategias psicológicas son clave. Es una pena que el juego tenga todos los elementos para un buen modo campaña, y Konami no haya explorado esta vía.
Lo mejor
- Un sistema de juego profundo
- Diseño atractivo de tablero y personajes
- Buenas batallas de astucia
Lo peor
- Sin modo campaña
- Ausencia de jugadores online
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.