7th Sector, análisis

7th Sector irrumpía en el panorama indie a inicios de 2018 solo en PC, una aventura con grandes dosis de rompecabezas ambientada en un misterioso universo cyberpunk, obra en solitario del desarrollador Sergey Noskov que lograba destacar el pasado año como uno de los videojuegos independientes que más interés despertó entre los aficionados, cosechando incluso algunos premios. Ahora, y tras casi un año, llega a consolas gracias a la editora Sometimes You, transfiriendo a PS4, Xbox One y Nintendo Switch tan enigmático mundo robotizado. Descubramos más de un videojuego que plantea mecánicas, retos y presentación audiovisual similares a pesos pesados como Limbo o Inside en nuestro análisis.

Universo distópico y opresivo

No sabemos nada sobre el mundo que se abre ante nuestros ojos; ni tan siquiera tenemos claro qué somos y qué hacemos allí. Tanto es así, que empezamos nuestra aventura como una suerte de energía autónoma capaz de tomar decisiones, desplazarse a su antojo y resolver pequeños rompecabezas que pronto se convertirán en auténticos desafíos, ya sean de lógica, cálculo o habilidad. Y precisamente será a través de niveles llenos de cables donde empezaremos nuestro periplo, a través de los cuales deberemos desplazarnos e incluso saltando entre ellos, siempre y cuando la distancia lo permita.

A medida que avancemos tendremos que sortear peligros, resolver puzles tecnológicos o manejar artefactos que nos permitan seguir adelante, todo desde un punto de vista mecánico en el que deberemos alternar entre lógica y habilidad, todo ello mientras conocemos más del mundo cyberpunk que nos rodea mediante escenas que puedan suceder de fondo. Y es que el desplazamiento es siempre lateral, aunque más adelante tendremos la oportunidad de ser transferidos a otros personajes con diferentes habilidades y formas de interactuar con el entorno y los posibles peligros que nos acechen.

La variedad de situaciones y retos a superar es uno de los puntos verdaderamente fuertes de 7th Sector; tanto es así que ante nosotros se nos presentarán toda clase de rompecabezas, desde cálculos matemáticos a otros de pura lógica, muchos de ellos a través de pantallas o circuitos que podremos, de alguna manera, hackear, sobrecargar o destruir. Otros, en cambio, nos propondrán retos de habilidad.

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Eso sí, a lo largo de la aventura se abusa demasiado de la mecánica ensayo-error, dando como resultado algunos puzles poco atractivos e incluso tediosos, algo que no ocurre en otros títulos donde se premia mucho más un buen análisis de la situación y su posterior resolución. Sí, las respuestas están en pantalla o cerca del lugar en los que se plantea un puzle determinado, pero en muchas ocasiones son muy, muy rebuscados; y en ocasiones poco claros en su objetivo.

Incluso daremos con algunos rompecabezas de muy elevada dificultad, algunos de los cuales pueden prolongarse demasiado en el tiempo; otros en cambio son sencillos y directos. En este sentido se suceden altibajos muy pronunciados que pueden crear momentos de auténtica frustración. Aunque como decimos, la aventura resulta suficientemente variada, especialmente cuando somos transferidos de un personaje a otro, lo que nos dará la oportunidad de desarrollar diferentes habilidades y superar obstáculos de lo más variados.

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Con todo, superar la aventura puede llevarnos entre 3 y 6 horas, dependiendo de nuestra pericia con todos y cada uno de los diferentes retos; además, si queremos desbloquear los cuatro finales diferentes tendremos que completar sus respectivas pasadas, algo quizás no muy atractivo una vez conocemos las soluciones de los puzles y muchos de los misterios a nivel narrativo que de van descubriendo mientras avanzamos en su desarrollo, a excepción de algunos en concreto que cambian en cada uno de nuestros reinicios.

El control también ofrece sus propios claroscuros, directamente relacionados con la forma del personaje que nos toque controlar en un momento u otro; tanto es así, que en determinados momentos se comporta de forma suave e intuitiva, mientras que en otros se siente tosco y poco preciso, algo que puede llegar a desesperar en esos obstáculos en los que la habilidad es decisiva.

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A nivel audiovisual cumple con lo que se propone, con entornos atractivos y llenos de detalles y matices de los que disfrutar junto a una banda sonora y una colección de efectos bastante inmersivos, muy acorde con la ambientación cyberpunk y de ciencia ficción del título. A nivel de rendimiento sí presenta algunos bugs gráficos que, si bien no molesta en exceso, en algún que otro momento sí se hacen notar de forma notable; creado en Unity, tampoco exprime el hardware para ofrecer nada especialmente destacable. En este sentido se muestra correcto, sin grandes alardes.